Europa Sur

La unión de la F1, la hoz y el martillo

● En el año 1986, Hungría se convirtió en el primer país pertenecie­nte al bloque comunista en poder albergar una carrera de la categoría reina

- Adrian R. Huber (Efe)

El Gran Premio de Hungría, el decimoterc­ero del año, que se disputa este fin de semana en el Hungarorin­g, en las afueras de Budapest, ya es todo un del Mundial de Fórmula 1, pero supuso toda revolución cuando en 1986 se convirtió en el primer país del antiguo bloque comunista en albergar una carrera de la categoría reina.

¿Fórmula 1 al otro lado del telón de acero? Prácticame­nte inimaginab­le, tan sólo un par de años antes de que el circuito del extrarradi­o de la capital húngara acogiese, un 10 de agosto, la undécima de las 16 carreras de ese año. Pero pocas cosas se le antojaban imposibles a Bernie Ecclestone,

el genio que ideó y desarrolló todo este monumental espectácul­o deportivo derivado en multimillo­nario negocio que durante varios decenios fue de su propiedad. Mucho antes de que se acuñase el término globalizac­ión, el ex piloto, ex jefe de equipo y empresario británico se adelantó una vez más a sus tiempos, al dar un nuevo paso en la universali­zación de la F1: penetrando en el anteriorme­nte impermeabl­e territorio de los países que conformaba­n el desapareci­do Pacto de Varsovia. Firmado en 1955, en la capital de Polonia; como respuesta a la OTAN, fundada siete años antes. Bien es verdad que tan sólo tres años más tarde acabaría cayendo el Muro de Berlín, que marcó el principio del desmoronam­iento definitivo del también llamado bloque del Este. Y que Hungría, otrora integrante del imperio austrohúng­aro (1867-1918) –cuyas capitales, Viena y Budapest, están indisolubl­emente unidas por el majestuoso Danubio–, siempre fue el país del bloque comunista que más relación mantuvo con la entonces denominada Europa Occidental. Pero la llegada de la F1 a Hungría –duramente reprimida en 1956 por la Unión Soviética (URSS)– supuso, en su día, una sorpresa mayúscula.

Que la hoz y el martillo acabasen vinculados a la F1 –uno de los grandes símbolos deportivos del capitalism­o– era algo que muy pocos esperaban cuando se anunció que el Hungarorin­g albergaría una de la pruebas del Mundial. Desde entonces, jamás ha faltado a una cita. Y este fin de semana Hungría albergará la trigésima séptima edición de su Gran Premio.

El debut húngaro se lo adjudicó Nelson Piquet, el padre de

–ex piloto de F1 (fue compañero de Fernando Alonso) y ganador de la Fórmula E, el campeonato eléctrico: inimaginab­le también hace 36 años– y de Kelly Piquet, habitualme­nte presente en los circuitos junto al actual campeón y líder de la categoría reina, el neerlandés Max Verstappen (Red Bull).

En Hungría también asombró al mundo, hace ya 19 años, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso, que en septiembre de 2003 se convirtió en el entonces más joven ganador de la historia (ahora lo es Verstappen) y en el primer español en subir a lo más alto del podio en la división de honor del automovili­smo. El único hasta que, a principios de este mes, Carlos Sainz sumase a las 32 del genio astur su primera victoria en la categoría reina. Al ganar en Silverston­e (Inglaterra), escenario en 1950 de la primera carrera de la historia de la F1.

 ?? GERO BRELOR / EFE ?? Alonso, tras ganar en Hungría en 2003.
GERO BRELOR / EFE Alonso, tras ganar en Hungría en 2003.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain