DETERIORO DE EXPECTATIVAS EMPRESARIALES
LOS elevados riesgos e incertidumbres que rodean la actual coyuntura económica a nivel global están deteriorando significativamente las perspectivas proyectadas para este tercer trimestre del año. Las implicaciones de la invasión de Rusia a Ucrania no sólo han acentuado algunos de los de oferta previos como la crisis energética y las disrupciones en las cadenas de suministro, sino que también anticipan una significativa contracción de la demanda ante la persistencia de crecientes presiones inflacionistas, el endurecimiento de las condiciones financieras y el desplome de los niveles de la confianza del sector privado.
En este contexto, los indicadores adelantados de julio han reflejado el retroceso de los PMI compuestos de la Eurozona y EEUU a terreno de contracción (<50 puntos) por primera vez en más de año y medio. En el caso de la zona monetaria europea, la lectura preliminar de S&P/IHS Markit, que comprende en torno al 85% de la muestra total utilizada para su registro final, ha mostrado una significativa caída de la actividad al situarse en 49,4 puntos frente a 52,0 en junio, su menor nivel desde febrero de 2021.
Este deterioro de la actividad ha sido generalizado no sólo a nivel sectorial sino también geográfico, destacando su contracción más intensa en Alemania.
Paralelamente, en EEUU el sector industrial ha mostrado mayor resiliencia con una ligera caída en julio de 0,4 puntos hasta 52,3 puntos, que representa su menor nivel desde julio de 2020. En contraste, el PMI de servicios ha registrado un fuerte descenso mensual de 5,7 puntos, situándose por primera vez en dos años en terreno de contracción con 47,0 puntos.
La economía estadounidense ha entrado en recesión técnica al contraerse en dos trimestres consecutivos. Según la primera lectura del Bureau of Economic Analysis, en el segundo trimestre del año el PIB de EEUU se contrajo un 0,9% anualizado, lo que representa 1,4 pp menos del ligero crecimiento estimado por el consenso de mercado. Así, encadena dos trimestres consecutivos en negativo tras caer un 1,6% anualizado entre enero y marzo. En términos trimestrales, la economía estadounidense se contrajo un 0,2% frente a un 0,4% en los primeros tres meses del año.
Su evolución se ha visto lastrada por el actual contexto en el que persisten las disrupciones en la cadena de suministros y el impacto sobre el precio de las commodities del inicio de la guerra de Ucrania. Todo ello unido al fuerte deterioro de los niveles de confianza del sector privado ante la elevada incertidumbre, las tensiones inflacionistas y el endurecimiento de las condiciones financieras, factores que podrían seguir acelerar la moderación del consumo de los hogares especialmente a partir de septiembre.