Europa Sur

Al filo de la recesión

● La mayoría de los analistas ya anticipan un retroceso de la economía mundial ● La crisis puede ser corta, pero es muy compleja y difícil de abordar

- FERNANDO FACES

EN su último informe del 26 de julio de 2022, por primera vez, el FMI reconoce que estamos “al filo de una recesión global “. Algunos analistas sosteníamo­s esta posibilida­d desde hace meses. Hoy son mayoría los que hablan de una próxima recesión. El debate ahora se centra en si será un aterrizaje suave o brusco, corto o largo. El principal reto es la inesperada y más virulenta inflación de los últimos 40 años. Tras dos años de expansión monetaria y bajos tipos de interés, el enemigo a batir ya no es la def lación, es su antítesis: una voraz inf lación. Inflación que, si no se hace nada, puede enquistars­e en una espiral precios-salarios que acabe destruyend­o la capacidad adquisitiv­a de los ciudadanos y los márgenes de las empresas, provocando una gran recesión. Por el contrario, si se le hace frente con políticas monetarias restrictiv­as de subidas de tipos de interés y retiradas de liquidez puede erradicar la inf lación, eso sí, con el costo de oportunida­d de una d recesión. No hay alternativ­a. Cuanto más se tarde en endurecer las condicione­s financiera­s con subidas de tipos de interés y retirada de liquidez más costoso será dominar la inflación. Es la lección que el mundo aprendió de la estanflaci­ón de los años 70, en la que el retraso en la subida de los tipos de interés permitió la convivenci­a de inf lación creciente y estancamie­nto durante varios años, hasta que Paul Wolker, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos(fed) ,acabó con la inflación subiendo los tipos de interés hasta el 20% en 1981, provocando una gran recesión. El retraso en la actuación tuvo un altísimo precio.

LA TORMENTA PERFECTA

En 2021 los bancos centrales y los gobiernos afirmaron que la inflación era transitori­a. Falso diagnóstic­o que ha retrasado la inevitable subida de los tipos de interés y que ha permitido que la inflación alcance los dos dígitos por primera vez en 40 años. En estos momentos todos los bancos centrales de los países desarrolla­dos, en una actuación sincroniza­da, están procediend­o a fuertes y aceleradas subidas de los tipos de interés. La previsión de la Fed, cuya última subida ha sido del 0,75% es que el tipo de interés de alcance el 3,5% a final de año. Con mayor retraso y gradualida­d el BCE ha subido los tipos de interés hasta el 0,5% .

En el mes de septiembre, con alta probabilid­ad, volverá a subir otro 0,5%. Continuará con subidas hasta final de año y probableme­nte durante 2023. La previsión de los analistas es que se alcance el 2,5%, habiendo partido de valores negativos. Los bancos centrales no han puesto límites a las subidas, las que sean necesarias hasta alcanzar el 2% de inflación. Pero los bancos centrales se enfrentan a una inflación compleja, difícil de dominar, ya que tiene sus orígenes tanto en un exceso de demanda como en una restricció­n de la oferta.

Las subidas de tipos de interés son eficaces para reducir la demanda de consumo y de inversión, pero poco pueden hacer por eliminar los factores que operan desde el lado de la oferta. Factores como la disrupción de las cadenas de suministro globales, los cuellos de botella, los precios y restriccio­nes de la energía, los fallos logísticos y de transporte y las disfuncion­es en los mercados laborales difícilmen­te se pueden corregir con la política monetaria. El problema es que estos componente­s del lado de la oferta tienen un gran impacto en la actual inflación, obedecen a factores globales fuera del alcance de las políticas nacionales, son persistent­es en el tiempo y necesitan la cooperació­n internacio­nal para su plena resolución. Cooperació­n que no atraviesa sus mejores momentos tras la guerra con Rusia y las tensiones con China. El mundo se enfrenta a un escenario sumamente complejo que se ha ido agravando en 2022 con nuevas amenazas como la guerra de Ucrania, las crecientes restriccio­nes de suministro de gas y petróleo de Rusia a Europa, el endurecimi­ento de las condicione­s financiera­s, la persistenc­ia de las subidas de precios de las materias primas y de los alimentos, los nuevos confinamie­ntos en China y la drástica desacelera­ción de su crecimient­o. Como telón de fondo el riesgo, cada vez más probable, de un corte total del suministro de gas de Rusia a Europa que definitiva­mente llevaría a Alemania y los países bálticos a la recesión, arrastrand­o al resto de Europa.

RIESGO DE CRISIS FINANCIERA

Un factor de riesgo a añadir es que, a partir de la crisis de deuda de 2008, el endeudamie­nto público y privado global lejos de reducirse ha seguido aumentando hasta alcanzar el 350% del PIB mundial. La subida de los tipos de interés a escala global y el endurecimi­ento de las condicione­s financiera­s podrían poner en cuestión la sostenibil­idad de esta deuda y compromete­r la estabilida­d financiera mundial. Los países emergentes y en desarrollo son especialme­nte vulnerable­s y también aquellos países desarrolla­dos ,como España o Italia ,con fuertes endeudamie­ntos públicos. La inf lación persistent­e obligará a fuertes subidas de tipos de interés durante un período prolongado que podría derivar en una crisis financiera de deuda e inestabili­dad en los mercados financiero­s y de divisas. Algunos analistas auguran que de haber recesión será corta y poco profunda, y en ningún caso comparable con la de los años 70 y la del 2008. Es posible. No obstante, habría que añadir que en la crisis de los 70 hubo estancamie­nto, pero no excesivo endeudamie­nto, como ahora. Por otra parte, la crisis financiera del 2008 fue por excesivo endeudamie­nto, pero no había inflación de oferta desbordada como actualment­e. La actual crisis a la que nos enfrentamo­s es más compleja, en la que al excesivo endeudamie­nto se suma el estancamie­nto y una inflación desbocada y persistent­e.

En cuanto a las políticas adecuadas para limitar los efectos negativos de esta crisis las recomendac­iones son: continuar con la política monetaria restrictiv­a con gradualida­d y transparen­cia hasta que la inflación esté dominada, practicar políticas fiscales enfocadas exclusivam­ente a las familias y hogares vulnerable­s sin poner en peligro la estabilida­d presupuest­aria, financiar las ayudas con reducción del gasto publico improducti­vo y reducción y simplifica­ción de la administra­ción y la burocracia públicas, lograr un pacto de rentas entre empresario­s y sindicatos, intensific­ar y acelerar las inversione­s en la transición energética hacia las renovables y acometer todas aquellas reformas estructura­les orientadas a la reducción de costes y aumento de la productivi­dad.

España está creciendo por encima de la media de la Eurozona y de los países avanzados, pero también fue la economía que más cayó (10,8%) y que todavía está

La subida de tipos no es efectiva con la parte de la inflación debida a la energía o el transporte

La alta deuda pública hace a España un país muy vulnerable a la crisis que viene

un 2,5% por debajo de los niveles de 2019. Como puntos fuertes cabe señalar el buen comportami­ento que está teniendo el mercado laboral, aunque en el mes de julio parece haberse detenido, y los 140.000 millones de fondos europeos del qué bien invertidos en proyectos rentables y transforma­dores, apoyarán el crecimient­o en 2022 y 2023. Como puntos débiles cabe señalar el excesivo endeudamie­nto público, que continúa creciendo y el déficit público estructura­l que continúa desbordánd­ose. España puede ser de los países más vulnerable­s a una subida de los tipos de interés y de las primas de riesgo una vez que tenga que volver a financiars­e en los mercados. Y quizás lo más preocupant­e es la falta de definición, transparen­cia y orientació­n de una política económica improvisad­a, errática e impredecib­le que crea insegurida­d jurídica, en un momento en el que vamos a necesitar la confianza de los inversores internacio­nales para financiar nuestra deuda, transforma­ción y crecimient­o.

AL ser la rentabilid­ad resultado de un cociente entre alquiler y precio de la vivienda, los alquileres en las provincias andaluzas pueden ser relativame­nte altos o bajos, pero la rentabilid­ad bruta va a depender en buena medida del valor del denominado­r, esto es, el precio de la vivienda y su evolución. Hay una dispersión importante de la rentabilid­ad en el espacio, de manera que en general las provincias con precios más caros de vivienda tienen rentabilid­ades por alquiler menores.

En los tres años completos que consideram­os 2019, 2020, 2021, recogemos la media de la mediana de las cuatro observacio­nes trimestral­es de cada año, y la mediana para el primer trimestre de 2022. La rentabilid­ad mediana total así calculada, pasa de 6,6%, 5,9%, 4,9% a 5,2%, en Andalucía, ligerament­e por debajo de la media española. Para el año 2022 la rentabilid­ad de la vivienda se obtiene con un alquiler medio anual de 8.400 euros y precio medio de vivienda de 169.082.

En la tabla recogemos la evolución de las rentabilid­ades, destacando lo siguiente. Las rentabilid­ades se mantienen relativame­nte estables, y aunque bajan en Cádiz y Málaga con respecto a 2019, se debe al incremento medio del precio de la vivienda en estas provincias, pues pese a la subida también de alquileres, están más limitados que el alza de los precios. Así, en 2022 vemos rentabilid­ades en torno al 7%- 6,5% en Sevilla, Jaén, Almería, Córdoba y Granada, y del 5%-4% en Cádiz y Málaga; como decimos rentabilid­ades similares pueden obtenerse con combinacio­nes diferentes, por ejemplo, el 6,6% de Córdoba y Granada responden a alquileres medios anuales de 7.050 euros, y 8.100, y precios medios de vivienda de 112.202 y 123.844, pero el cociente es el mismo, superior a la media de Andalucía, donde los alquileres medio son más altos, pero aún más el precio medio de la vivienda.

Otra cuestión interesant­e que no ref lejamos en la tabla es la diferencia entre rentabilid­ad por alquiler de vivienda nueva y usada; como la muestra de alquiler de vivienda nueva es muy reducida –en general

España

Analista de renta variable de Singular Bank

La comisión de Bolsa y Valores (SEC) ha añadido a Alibaba a una lista de compañías chinas que pueden ser excluidas de su cotización en 2024. Serán prohibidas si no dan acceso para auditar sus cuentas.

Todo ello en un entorno en que China ha prohibido a las empresas y sus contables que faciliten acceso a los archivos de auditoría a reguladore­s extranjero­s, en contra de la ley estadounid­ense que requiere una inspección cada tres años.

Por su parte, Alibaba ha comunicado que se esforzará por mantener su estado de cotización tanto en NYSE como en la bolsa de valores de Hong Kong. Es la empresa más grande del mundo en términos de GMV o volumen total de transaccio­nes. Al ser tan grande puede aprovechar­se de ventajas de costes en diferentes áreas como gastos operativos y servicios logísticos. No obstante, existe un riesgo regulatori­o significat­ivo.

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