El Nuevo Mirador, un escaparate
El Algeciras Club de Fútbol SAD (Sociedad Anónima Deportiva) tiene por delante una novedosa relación con el Nuevo Mirador. Una vez se consumen los trámites de la transformación de la institución y de la concesión del estadio por parte del Ayuntamiento, la propiedad que encabeza Félix Sancho asumirá una responsabilidad adicional al mismo tiempo que afrontará un amplio escaparate para el crecimiento comercial y económico del club albirrojo.
El Algeciras, como ya fue anunciado a primeros de julio, está en vías de asumir el mantenimiento de todo el estadio y del campo anexo de césped natural Juan López Hita conocido como la Pradera, y al mismo tiempo la propiedad adquiere los derechos de explotación de las instalaciones con los bajos como una potencial y atractiva nueva fuente de ingreso.
En síntesis, es lo que conlleva una concesión que el club persiguió en distintas etapas de su historia reciente, bajo innumerables directivas y que solo ahora va a ser posible a través de los cimientos sólidos de una SAD impulsada por Sancho, que ha echado raíces de todo tipo -también municipalesen el año y medio transcurrido desde su desembarco como mecenas de un club que se moría asfixiado por las deudas y por la pandemia del Covid-19.
El renovado horizonte del Algeciras bajo el amparo de la SAD, ahora reforzado con la llegada de Ramón Robert como director general, va a poner la gestión del Nuevo Mirador como una prioridad. De la misma manera que Sancho hizo en Burgos con el San Pablo y el Coliseo, el accionista único quiere invertir antes que nada en la casa, en el templo de los algeciristas, para dotar al estadio de los medios necesarios para que se convierta en una instalación eficiente y rentable.
El Algeciras es consciente de que va a tener que echarle dinero al Nuevo Mirador antes de que pueda empezar a rendir por su cuenta. El burgalés, el pasado año, facilitó la instalación de un gimnasio para los futbolistas, por poner un ejemplo. Luego, el departamento comercial comenzó con el aseo y un giro total a la campaña de las vallas publicitarias. Fueron los primeros pasos. Este verano, en la primera medida hacia la concesión, la propiedad ha buscado una empresa especializada de primer nivel para el cuidado del césped. El mantenimiento va a conllevar empresa de limpieza, vigilantes y todo lo que rodea al día a día, al margen de la organización de los partidos de fútbol.
Los bajos. En este apartado es en el que se abre un amplio abanico de oportunidades si el Algeciras es capaz de explotar las zonas habilitadas que rodean al estadio. La intención de la propiedad es potenciar negocios vinculados al deporte ya sea con tiendas de ropa y botas, nutrición, fisioterapia, etcétera, además de puntos de ocio y restauración sin perder de vista la cantidad de personas que diariamente circulan por los anexos de La Menacha con niños y padres de la base de Algeciras.
Otra posibilidad que podría abrirse una vez que el estadio esté a pleno rendimiento bajo la SAD algecirista es la organización de eventos y conciertos, algo que en Burgos ocurre de manera frecuente en el citado Coliseo de baloncesto.
El Nuevo Mirador cumplió dos décadas de vida el 6 de junio de 2019. A sus 23 años, el templo rojiblanco viene de haber vivido una de sus mejores temporadas en cuanto a asistencia de público durante una liga. El estadio ha visto y vivido de todo: ascensos, descensos, encierro de futbolistas por no cobrar, noches llenas de tensión y el tránsito de dirigentes, entrenadores y jugadores de manera incesante. Los altibajos del Algeciras como club y sus diferentes crisis hicieron de la intervención municipal un sostén imprescindible para un recinto que en 2023 hará los 20 años de su andadura en Segunda A.