MIRANDO AL CIELO
ES más cosa de verano. Cuando llega la noche, tumbarse boca arriba en el suelo y contemplar el firmamento estrellado. Parece que f lotas en el universo y te pierdes entre los millones y millones de estrellas y planetas que atiborran el cielo. Pero ¡oh desgracia! ¡Y parece mentira! Este año no se ven las estrellas. Os lo aseguro, porque desde que era un niño, me acostumbraron a este espectáculo veraniego. Y para mi desgracia, vuelvo a tumbarme en el suelo y solo veo algún que otro planeta, Júpiter por poniente y Venus por el Sur. Pero
¡Oh desgracia! Este año no se ven las estrellas. Todo es oscuridad
nada más. Todo es oscuridad…..la inmensidad del firmamento que Dios creó ha desaparecido.
Y entonces me pongo a mirar el mar que, Océano Atlántico inmenso, se pierde en el horizonte entre brumas y algún barco en la lejanía. Recuerdo cuando los antiguos creían que mas allá del horizonte había un abismo, no existía más Tierra. El mar seguía seguía y terminaba no se sabe cuándo ni dónde. Hasta que unos locos se aventuraron y descubrieron otro continente.
Yo miro al cielo nocturno y quizás de tanto mirar pueda descubrir otro Planeta allá en las profundidades del Universo. Si puedo, estando en Marte, desde el monte Olimpo el más alto del sistema solar (mas de 22 kilómetros). Antes veía la Osa Mayor y la Osa Menor con su estrella polar cuya luz (¡oh asombro) salió de allí hace 500 años (¡lo que ha tardado a 300.000 kilómetros por segundo!) Y las constelaciones más cercanas Centauro, Andrómeda, Orión, Tauro…. Y Casiopea por donde caen las llamadas lluvias de estrellas en Septiembre. Nosotros estamos montados en una gran roca llamada Tierra que va volando a 30 kilómetros por segundo seg. Y no nos damos ni cuenta y además es una bola tan grande que no se cae y nosotros vamos en ella a tanta velocidad sin enterarnos.
¡Qué pena Dios! ¡Dicen que es la contaminación de la atmósfera! Me hacía ilusión hasta encontrar el exoplaneta Kepler 22 B, del que dicen los astrónomos que puede ser el planeta habitable más cercano a nosotros, porque tiene agua y está a media distancia de su Sol. Soñar, imaginar es cosa libre y nadie puede impedírtelo. Por eso sueño con llegar a ese u otro exoplaneta y ver, contemplar y hablar con otros seres humanos, que llevaran siglos y siglos de civilización y me cuenten como han logrado evitar las guerras, mantener la paz, dar de comer a todos y en suma mantener una convivencia feliz.
P/D Yo te invito querido amigo que me lees, que esta noche hagas lo mismo que yo, que en tu azotea o en tu jardín o donde puedas te tumbes boca arriba y escudriñes el firmamento y comprendas la grandeza de Dios que ha hecho posible tal inmensidad y tan bien organizada. Como no hay estrellas, me tendré que conformar con la Luna creciente y menguante. Lo malo es que me pase como en aquella copla “Yo me enamoré de noche y la Luna me engañó….”