Un experto ve “innecesario” persistir en la alarma por los pinchazos
● El portavoz de la Junta para los casos de agresiones a mujeres valora que la sociedad tome conciencia con esta violencia
El catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada José Antonio Lorente, designado por la Junta portavoz para los supuestos casos en estudio de sumisión química intramuscular, considera “innecesario” persistir en la alarma generada por estos pinchazos, aunque valora que se haya logrado crear más conciencia sobre este tipo de agresiones.
Este experto detalla que, de acuerdo al número de personas atendidas hasta ahora en Andalucía, la alarma resulta actualmente “infundada” si el parámetro en que se han basado esos pinchazos es cometer posibles delitos contra la libertad sexual.
En este sentido, Lorente aclara que no se han detectado hasta ahora restos de sustancias tóxicas por medio de estos pinchazos ni se han incrementado las denuncias por delitos contra la libertad sexual asociados a estas prácticas.
No obstante, el científico admite que, aunque en un porcentaje bajo, sí es cierto que se están produciendo pinchazos, especialmente a mujeres en contextos de ocio como discotecas, salas de fiesta, ferias o conciertos.
Esta práctica, que este catedrático considera una “broma criminal y macabra” –pese a que no suponga la inoculación de sustancia alguna–, ha generado cierta alarma social que ha podido servir para que las potenciales víctimas aumenten su nivel de alerta.
“Vivimos en un país libre donde la gente puede hacer lo que quiera, pero nunca debemos bajar la guardia. Nos hemos dado cuenta con esto que la gente puede ser agredida o lesionada”, señala Lorente, partidario de que no se mantenga más la alarma de una forma innecesaria.
También cree igualmente positivo que, con atención a los casos denunciados, muchas empresas y entidades relacionadas con el ocio nocturno, salas de fiesta, ferias o conciertos, hayan incrementado la seguridad de sus actividades.
“A partir de ahí, seguir insistiendo sobre esto como si fuera una ola que está creciendo generaría un pánico innecesario porque los datos dicen que hubo un pico, pero ya se ha estabilizado”, ha señalado.
En cualquier caso, Lorente ha aclarado que no debe olvidarse que la práctica de estos pinchazos constituye en si misma un delito, con las correspondientes consecuencias penales, dado que –incluso sin la inoculación de sustancias tóxicas– puede causar lesiones físicas y también psíquicas en las víctimas.
Ese “simple pinchazo” representa, por tanto, una lesión que supone atentar o violentar la salud física o psíquica de una persona, en la se pueden generar trastornos psíquicos posteriores de diverso tipo, ha explicado.
Igualmente, Lorente recuerda que el verdadero peligro en el contexto de una fiesta, que es añadir sustancias líquidas a una bebida para intentar modificar la voluntad de alguien y agredirlo, sigue estando presente y es mucho más frecuente que los pinchazos.
Lorente subraya la necesidad de denunciar cualquier posible caso de agresión y solicita que las víctimas acudan de forma inmediata a un centro sanitario para que puedan contar primero con atención sanitaria y posteriormente pueda haber un recorrido legal de lo ocurrido basado en datos médicos objetivos.
Una vez que la víctima –normalmente una mujer joven que tiene la seguridad o la sensación de haber recibido un pinchazo– acude a un centro hospitalario, recibe asistencia sanitaria y se valora su estado físico y psíquico para evaluar si hay síntomas de intoxicación, lo que incluye análisis de orina o sangre.
Aún no se han detectado restos de sustancias tóxicas entre las denunciantes