La catástrofe le costó a la ciudad 2.120 millones de euros
Según los incrementos del IPC a lo largo de los últimos 75 años, el estudio realizado por José Antonio Aparicio eleva el coste de la tragedia a los 2.120 millones. Más de 150 personas, muchas de ellas niños, murieron a causa de la explosión que se produjo en la Base de Defensa Submarina del barrio de San Severiano. Fue una pérdida irremplazable que hundió a muchas familias en un pozo del que no pudieron salir. La explosión del millar de minas que se encontraban mal protegidas en uno de los almacenes de la instalación militar se llevó también por delante numerosos edificios, viviendas, inmuebles oficiales, propiedades de la iglesia, además de dañar las infraestructuras en una zona que estaba entonces en plena urbanización. Se calcula que unos 2.000 inmuebles sufrieron daños de diversa consideración. En el casco antiguo, la mayor pérdida se produjo en las ventanas de las casas. Hace apenas unos años aún eran visible las grietas producidas por la explosión en algunos edificios. Las puertas principales de la Catedral cedieron por la onda expansiva de la explosión, que también dañó el convento de los Dominicos, en la cuesta de las Calesas. El Sanatorio Madre de Dios y el hospicio levantados a escasos metros de las instalaciones militares se hundieron, acabando con la vida de decenas de niños y de quienes les cuidaban. El cercano astillero de Echevarrieta quedó tan dañado que el industrial vasco no pudo asumir los costes de su reparación, lo que llevó al estado a la nacionalización de la factoría naval.