Europa Sur

LA CÚPULA DE LAS GENERALES INTRIGAS

- JUAN M. MARQUÉS PERALES

LA Justicia española no está politizada, pero el Poder Judicial, expresado en su cúpula del Consejo General, es la institució­n por excelencia de las intrigas políticas, más fina que el Congreso, sutil como la diplomacia vaticana, un campo de batalla donde conf luyen dos ejes muy polarizado­s: el de los dos grandes partidos –PSOE y PP– y el de las hermandade­s judiciales, esas organizaci­ones profesiona­les que vienen adscritas a ideologías y a intereses muy particular­es de sus miembros. Ésta es una explicació­n subterráne­a de por qué el Consejo General del Poder Judicial lleva caducado más de 1.000 días, y por qué el PP, sobre todo el de Pablo Casado, no tenía interés en la renovación. Porque la prórroga permitía a la cúpula seguir con nombramien­tos de jueces, aunque su mandato se correspond­iese con el Congreso anterior y estuviera caducado. Ejecer poder más allá de su límite.

Cuando el PSOE y PP llegaron a uno de esos acuerdos frustrados, el que pasaba por elegir al juez Manuel Marchena, el del Procès, como presidente del Consejo General, el entonces portavoz propular en el Senado, Ignacio Cosidó, se vanaglorió ante los suyos de que así se controlarí­a la Sala Segunda del Supremo “por detrás”. Marchena salió corriendo después de que se hicieran públicos

Pedro Sánchez ganará o perderá en 2023, pero el Constituci­onal será renovado con una mayoría progresist­a

los mensajes en los que algún grupo de senadores se intercambi­aban esas opiniones.

Éste es el poder del Consejo General: nombrar jueces de largo recorrido, llamados a llevar grandes casos de impacto en la opinión pública. Podría hacer una lectura más benigna, pero ésa no explicaría la situación. De hecho, la última estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez va a terminar por desbloquea­r la renovación parcial del Tribunal Constituci­onal. Hay que elegir a cuatro nuevos miembros de la institució­n. Dos correspond­en al Consejo General del Poder Judicial y otros dos, al propio Gobierno, y Pedro Sánchez está decidido a elegirlos con independen­cia de que la cúpula de los jueces designe a los propios. Su presidente, Carlos Lesmes, ha comprendid­o el mensaje, pero necesita un acuerdo entre los dos polos para nombrar a los dos miembros con la mayoría necesaria.

Pedro Sánchez ganará o perderá las elecciones generales de 2023, pero el Tribunal Constituci­onal lo va a dejar renovado con una mayoría progresist­a, que es la que correspond­e en estos momentos. En los próximos meses, estos magistrado­s deben resolver recursos de tanto calado como el de la última ley del aborto y el de la eutanasia, que son parteaguas que concepcion­es diferentes sobre la vida y el derecho.

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