Polonia da por rotos los acuerdos con la UE sobre la reforma judicial
● Duda asegura que los magistrados “quieren poder” ● Morawiecki critica la política energética alemana y la empresarial francesa
El presidente polaco, Andrzej Duda, afirmó ayer que “los acuerdos con la Comisión Europea se han roto” y que los jueces “simplemente quieren poder”, tras la apelación elevada por asociaciones judiciales europeas contra la aprobación del Plan de Recuperación económico polaco.
Según Duda, “resulta que la palabra dada no le importa a la Comisión, a sus representantes ni a algunos políticos de las instituciones europeas. Esta es, por desgracia, una política brutal”.
El presidente polaco reaccionó así a la noticia de que cuatro asociaciones europeas de jueces apelaron la decisión del Ejecutivo comunitario de aprobar la reforma judicial presentada por Polonia.
El presidente dijo que las organizaciones judiciales que piden a la Comisión que no apruebe los cambios “deberían hacer sonar la alarma en otros países europeos”. “Los círculos judiciales simplemente quieren poder”, concluyó.
Duda también arremetió contra los medios y calificó de “muy particular el modo en que los medios, que son más pro oposición, escriben sobre este asunto”.
La aprobación del plan, que supone la entrega de hasta 35.400 millones de euros a Polonia en fondos europeos, estaba sujeta a los cambios en el Poder Judicial exigidos por Bruselas para garantizar la independencia de los jueces y, entre otras medidas, eliminar la polémica Sala Disciplinaria judicial.
Duda confeccionó una enmienda legal que sustituyó ese organismo por otro con poderes equivalentes, lo que según expertos en Derecho es un cambio insuficiente, y no se ha restituido aún en sus cargos a los magistrados suspendidos por la Sala Disciplinaria, una de las condiciones de Europa para aprobar la reforma.
“Yo mismo preparé la ley de cambios en el Tribunal Supremo polaco, en la línea de las expectativas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Pero como pueden ver, a pesar de todos los acuerdos, a pesar de mis conversaciones, estos acuerdos se han roto”, enfatizó Duda, en alusión a los encuentros mantenidos en los últimos meses con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
Por otro lado, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, criticó la política energética de Alemania –dependiente del “gas barato de Rusia”– y la empresarial de Francia, por haber apostado por el mercado ruso.
Morawiecki apuntó que “la prosperidad y seguridad europea” están en riesgo por “culpa de la dependencia” del gas ruso, cuya distribución no está garantizada este invierno por la guerra en Ucrania.
El jefe del Gobierno pronunció un discurso conciliador con el proyecto europeo, aunque no se privó de criticar algunas opciones políticas y empresariales de las dos potencias. “Durante mucho tiempo, el gas barato ruso ha sido el valor más importante para muchos países, no para Francia, pero para varios de nuestros vecinos. El precio real del gas es la espada que cuelga sobre Ucrania”, aseveró el dirigente ultranacionalista.