Un fallo en un motor cancela la misión Artemis I de la NASA a la Luna
● Con el parón empeoraron además las condiciones meteorológicas ● La agencia espacial lo intentará de nuevo el viernes
La NASA había programado para ayer el regreso de las misiones no tripuladas a la Luna con el lanzamiento de la misión Artemis I desde Cabo Cañaveral, en Florida. El potente cohete SLS y la cápsula
Orión en su cúspide iban a emprender un histórico viaje a la Luna, que no recibe una visita de este tipo desde el fin del programa Apolo. Pero este primer intento no salió bien. Primero tuvo que paralizar la cuenta atrás por una fuga de combustible.
Además, con el retraso empeoraron las condiciones meteorológicas, lo que llevó a la NASA a cancelar el lanzamiento.
En previsión de posibles incidentes, tanto técnicos como ocasionados por el tiempo, la NASA ha programado varios intentos. El segundo de ellos es el próximo viernes, 2 de septiembre, y será entonces cuando vuelva a poner en marcha la cuenta atrás para el lanzamiento.
Esta misión supone el pistoletazo de salida del programa Artemis, con el que la NASA abre un nuevo capítulo en la exploración espacial marcado por el establecimiento de una base lunar y el envío de una tripulación a Marte.
Artemis toma el relevo del programa Apolo, cuya última misión, la Apolo 17, ocurrió en 1972, la última vez que el hombre se posó sobre la superficie lunar. Una ausencia que la NASA anhela acabar cuando Artemis III toque tierra en el satélite terrestre en 2025, con la primera mujer y el primer hombre no blanco que viajen a la Luna.
“Va a revolucionar la exploración espacial”, dijo el científico de la NASA Carlos García, jefe de la Oficina de Integración del Módulo de Servicio Europeo de la nave
Orión, tras destacar que una de las metas de Artemis es “desarrollar la tecnología y conocimientos para operar en el espacio profundo”.
Durante los 42 días de misión la NASA busca poner a prueba el cohete de 98 metros de altura SLS –siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial–, el cual está potenciado con cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos, unas características que le ofrecen un 15% más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo, como dijo García.
De igual forma, se medirán las capacidades de la nave Orión ,en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, es decir, uno más que la Apolo y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.
Dos horas después del lanzamiento, y tras separarse del cohete SLS, la Orión continuará por su cuenta un trayecto que cubrirá unos 2,1 millones de kilómetros.
A su regreso, sobre el 10 de octubre, a la nave le espera otra dura prueba, como es descender con éxito frente a las costas de San Diego, en California, con apoyo de once paracaídas y en el que deberá aminorar de forma vertiginosa los 40.000 km/h de velocidad con la que alcanzará la atmósfera, un momento en que soportará hasta 2.760 grados centígrados.
Según medios especializados, la NASA esperará la culminación de esta misión, que ha supuesto una inversión de 4.000 millones de dólares, para dar a conocer a los astronautas que compongan la tripulación de la misión Artemis II.