España, campeona del mundo sub 20
● Es la primera vez en su historia que la selección femenina consigue alzarse con el título mundialista
La selección de España se coronó en la madrugada de ayer, por primera vez en la historia, campeona femenina sub 20 al vencer con dos goles de Salma Paralluelo y uno de Inma Gabarro a Japón en la final del Mundial de Costa Rica 2022.
España concluye una campaña soñada al coronarse campeona de forma invicta, con sólo dos goles en contra a lo largo del torneo, como el equipo más goleador (14) y con Inma Gabarro como la máxima anotadora del certamen.
El equipo del seleccionador Pedro López tomó revancha de la anterior final sub 20 del Mundial de Francia 2018, en la que España cayó por 3-1 ante Japón.
En la final, España obtuvo la victoria con anotaciones de Inma Gabarro al minuto 12, y dos de Salma Paralluelo en el 22 y 27, mientras que Japón acortó distancias en el 47 por medio de Suzu Amano.
En una primera media hora de ensueño, España impuso sus condiciones y ya ganaba el partido por 3-0 frente a una escuadra asiática que lucía nerviosa y errática y lo pago muy caro.
Inma Gabarro, la goleadora del Mundial, abrió la cuenta en el minuto 12 cuando eludió el fuera de juego, bajó de pecho un pase de Ane Elexpuru y definió con clase a un costado de la portera Shu Ohba.
La presión española seguió haciendo daño y, en el 22, otro pase elevado encontró, de nuevo, muy adelantada a la zaga japonesa, lo que aprovechó Salma Paraluello para escaparse y aumentar la ventaja para España. El dominio español era asfixiante y, en el 27, Paralluelo anotó el 3-0 de penalti.
A partir del minuto 30 Japón reaccionó y obligó a Txell Font, la portera, a emplearse a fondo para evitar los goles de Hamano y Tabata antes del descuento. Yusuki Yamamoto también estuvo cerca de anotar con un remate cruzado que se escapó a un lado del vertical.
Recién comenzando el segundo tiempo, una jugada de pizarra en un tiro libre le deparó a Japón el gol, en el primer balón que tocaba Suzu Amano, quien comenzó el encuentro en el banquillo.
En el segundo tiempo, Japón le cambió por completo la cara al partido y dominó las acciones con un juego vertiginoso por las bandas, lleno de combinaciones, pero sin la pegada necesaria en el área para soñar con la remontada.
España se encomendó a la solidez que su defensa demostró a lo largo del Mundial, con tan solo un gol encajado antes de la final, y en el ataque apostó por alguna jugada de contragolpe.
A pesar de su esfuerzo físico y de una mayor tenencia de la pelota en la segunda mitad, Japón se quedó corto y no pudo romper de nuevo el cerrojo defensivo de La Roja.