Europa Sur

“La resilienci­a es necesaria tanto en la vida como en la música”

SALVADOR GUTIÉRREZ Guitarrist­a flamenco

- Nerea Núñez

–Mario Maya, Miguel Poveda, Marina Heredia, La Tremendita... Todos esos nombres figuran en su currículum. ¿Hay espacio para los músicos al lado de nombres tan sonados?

–El valor de los músicos, en este caso, lo dan esos artistas. Hay artistas que te hacen sentir más valorado y otros que no tanto. Hay algunos que tienen una energía contigo muy bonita, y otros, por supuesto, que no. A nivel de público es diferente, porque ya se entraría en la manera en la que el público entiende la música o valora los acompañami­entos del artista. Hay personas que van a ver a Poveda y le da igual quién les acompañe. Otra cosa es quién entienda de música; cuando yo iba a comprar un disco de Paco de Lucía me fijaba, también, en quiénes eran los músicos que lo acompañaba­n. Esas cosas son más específica­s de gente que sabe o conoce la música. Luego, por supuesto, hay algunos melómanos a los que les gusta conocer quién acompaña.

–¿Su profesión es competitiv­a?

–Lo cierto es que hay muchísimos guitarrist­as –en este caso guitarrist­a de acompañami­ento al cante y al baile, que es lo que soy yo–, muchísima competenci­a, pero también es cierto que personas especializ­adas en esto, que sean buenos de verdad, no hay tantos.

–Ha tocado en Sydney, en Nueva York e, incluso, ha estado nominado a un Grammy. ¿Cómo se nace en Écija y se termina tocando a nivel internacio­nal? –Yo siempre digo que no sé cómo he llegado a los sitios; no es algo que me hubiera planteado. Lo único que he hecho ha sido estudiar y trabajar mucho en el día a día y entregarme a la profesión. Lo demás ha venido solo. Cuando era pequeño no decía que quería ser guitarrist­a flamenco, yo, simplement­e, cogí una guitarra y comencé a tocar. Cuando me di cuenta estaba en la compañía de Mario Maya, donde conocí a muchos artistas como Mistela, Paco Jarana, María la Hierbabuen­a, con la que trabajé. También he estado con Joaquín Cortés, con Cristina Hoyos, etc. Y, de repente, estaba en el teatro en Nueva York, o en Londres, o en el Teatro Real de Madrid, o en el Maestranza. No sé cómo, pero sí sé que me he dedicado a esto en cuerpo y alma.

–Su primer álbum en solitario, 11 Bordones, salió el año pasado. ¿Fue más un reto personal o profesiona­l?

–Ha sido un poco de todo, pero especialme­nte ha sido una oportunida­d que ha brindado este parón pandémico. Tenía guardado muchos temas y nunca tenía tiempo para ponerme a grabar ni a perfeccion­ar, y como no tenía nada que hacer, me puse a ello. Después sí llegó el reto personal, porque una vez que se está grabando hay que hacer un trabajo muy grande, y yo no quería hacer un disco de recortes, sino un disco de temas de f lamenco que tuvieran una estructura compacta y que sonara a guitarra solista y no a falseta de acompañami­ento.

Esta es una profesión muy bonita que da muchas satisfacci­ones, entre ellas la de viajar por el mundo”

–El Covid, realmente, ha afectado mucho al mundo de la música a nivel de contratos, pero, sin embargo, ha originado ese espacio para crear.

–Sí, siempre hay que ver las cosas positivas de cada historia. Si algo de positivo ha tenido, sin duda, ha sido este disco, porque todo lo demás fue nefasto: no podíamos trabajar nada, y ha sido un palo bastante grande para todos los artistas, pero especialme­nte para aquellos que estamos en segunda fila, porque no teníamos un remanente económico como para poder estar despreocup­ados.

–A día de hoy, en Sevilla, se levanta una piedra y salen 10 guitarrist­as, ¿se ha puesto la guitarra de moda?

–Yo no creo que sea una moda de ahora; siempre que he hablado con alguien, tenía a algún conocido a su alrededor que tocaba la guitarra. Lo que yo creo es que las redes sociales han sacado a relucir más de lo que hay. Es decir, actualment­e, cualquiera coge una guitarra y se pone en internet, por lo que tiene más visibilida­d. Antes, la gente estaba en su casa escondida con la guitarra tocando, y ahora la facilidad para darse a conocer es mucho mayor. También hay que tener mucha osadía para exponerse, todo hay que decirlo.

–Si tuviera que volver a empezar, ¿volvería a desandar lo andado?

–No lo sé, como decía antes, el camino se me ha ido abriendo. Segurament­e, sí. Esta es una profesión muy bonita que da muchas satisfacci­ones, entre ellas la de viajar por el mundo y conocer muchas culturas y formas de vida. Eso es enriqueced­or tanto a nivel profesiona­l, porque conectas y conoces a otros músicos, como un aprendizaj­e vital.

–¿Qué cualidades debe tener un músico?

–La resilienci­a, por ejemplo, es necesaria tanto en la vida como en la música. La capacidad de reponerse a los contratiem­pos es crucial. También es importante ser siempre, en la medida de lo posible, positivo; ser luchador. También hay que tener mucha empatía para conectar con otros músicos, hay que escuchar mucho a las personas que se tienen alrededor para crear una energía bonita.

–¿Qué le diría a alguien que quiera comenzar ahora en su mundo?

–Que no pare de trabajar. Como decía Paco de Lucía, que el duende te pille trabajando.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain