Soluciones necesarias y urgentes
Al cumplirse seis meses de la nefasta y desgraciada guerra de la invasión de Ucrania por parte de Rusia –o mejor dicho, del indescriptible Putin por no decir otra cosa–, las consecuencias para el mundo y Europa van cada vez peor. Enumero algunas de las graves consecuencias que estamos padeciendo y, visto lo visto, no va a tener un fin a corto plazo, como por ejemplo: la inflación en todos los ámbitos de la vida diaria, con la subida de los alimentos derivados del encarecimiento de las materias primas; el aumento descomunal del precio de la luz y del gas que nos están ahogando a todos los ciudadano que, como siempre, somos los que pagamos las consecuencias de toda esta barbarie de la guerra y siempre con las amenazas e incertidumbre de qué pasará mañana o a largo plazo; también el aumento de los carburantes (no sirven de nada los descuentos aplicados). En conclusión, que somos los mismos los que no sabemos qué hacer para intentar medio llegar a fin de mes e, incluso, me atrevo a decir a mediados de mes, ya que los sueldos son los mismos y todos los productos básicos y necesarios para la vida cotidiana están por las nubes. Por no mencionar a los pequeños comercios, agricultores y pescadores (que ya bastante están padeciendo las medidas del combustible y los impuestos a pagar). Y al plan que vamos, veo que el invierno va a ser muy pero que muy duro para todos, por todo lo mencionado anteriormente. Por eso, me dirijo a los políticos: que se pongan de acuerdo para frenar esta guerra con el descerebrado que hay al frente para poder llegar a una estabilidad y recuperación, aunque sea lenta, de esta profunda crisis que padecemos y podamos vivir dignamente. Rosa Martínez González (Correo).