LA FOTOGRAFÍA COMO LENGUAJE
puede ver el estilo contundente que tiene su obra, la textura, los colores, el mensaje, que habla de esos 15 minutos de gloria que todos nos sentimos con derecho a tener y que, de alguna forma, muestra con cierto cinismo e ironía, se ríe un poco de este mundo”.
El artista considera que con esta exposición ser realiza uno de sus sueños. “Yo nací y viví mucho en España cuando era pequeño, mis ojos se formaron en la Marbella de los años 60 y 70 que era muy elegante, maravillosa y simple, tuve la suerte de conocer a mucha gente con muy buen gusto, con una forma de vida muy especial, delicada”, explica von Hohenlohe.
Hubertus von Hohenlohe se refleja en una imagen de tintes psicodélicos en Londres, 2020. Repostero titulado ‘Mi España’, 2018. Emilia Garrido, Hubertus von Hohenlohe e Isolina Arbulu en la presentación de la muestra a los medios este jueves.
Un retrato de Isabelle von Karajan, 2012. El artista explica sus piezas en lassalas centrada en la persona como producto
‘Zizou’, 2006. Un retrato icónico del futbolista. El protagonista delante de un instantánea tomada en Reikiavik en 2015.
El fotógrafo asegura que ha tenido “la suerte de llevar una vida muy ecléctica e interesante. Empecé a buscarme a mí mismo a través de la fotografía y poco a poco he encontrando mi sitio”. Centro de los objetivos de los paparazzi cuando era pequeño, su paso al otro lado del visor
llegó años después. Con una instantánea de su madre y su peluquero, con él metido en el encuadre a través del espejo y sacando a la luz un momento tan íntimo, comenzó esta particular obsesión.
“Para mí, las fotos son como pequeños documentales de mi vida”, dice y asegura que cada instantánea habla mucho de sí mismo. “Quizás también sea por egocentrismo por lo que siempre me retrato, hago mi particular Hitchcock”, agrega. Cuando retrata a otros, intenta usar las primeras imágenes, las más espontáneas y menos posadas. “Las mejores fotos son las que he sacado rápido cuando he visto algo. Casi siempre la primera foto es la mejor, porque hay más espontaneidad”, apunta.
La comisaria señala que “Hubertus tiene la habilidad de entender a la gente, la capacidad de observar la escena completa y sacar lo que muchos no vemos”. El fotógrafo añade que captar el momento y el lugar incluyéndose Si no se la encuentra al cuello, cree que la ha perdido. Una máquina compacta, sin artificios y muy “honesta” le sirve para captar aquello que le llama la atención, esos ángulos que va encontrando de forma más o menos intencionada.
“Con esta exposición he vuelto al sitio que toca mi corazón, que es Andalucía y estoy muy contento de poder compartir con la gente todos esos personajes, todas esas escenas que son como una película pequeña de mi propia vida”, recalca Hohenlohe. Para el artista, además, un edificio histórico como el Palacio Episcopal ofrece un “maravilloso contrate” con su obra y le aporta aún más fuerza.