Europa Sur

El hombre de Weimar

● Athenaica publica las célebres y extraordin­arias ‘Conversaci­ones con Goethe’ de Eckermann

- Manuel Gregorio González

LAS Conversaci­ones con

Goethe ya contaban con la espléndida edición que Rosa Sala Rose hizo para Acantilado en 2005, y cuya novedad en las letras españolas fue recibida con la admiración oportuna. Esta nueva edición de las Conversaci­ones..., diecisiete años después, viene a completar, en cierto modo, aquella recepción moderna en español de la obra de Eckermann, por cuanto traen a la actualidad, no solo la inagotable fascinació­n de Goethe, en cuyo arte se resume, colosalmen­te, el tránsito del orden ilustrado al escalofrío romántico; no solo la extraordin­aria figura de Eckermann, cegada por el esplendor goethiano, sino una cuestión más próxima a nosotros, cual es la interpreta­ción que hacía su traductor, Francisco Ayala, de la impronta de Goethe y los motivos para su futura vigencia. Vigencia que, como veremos luego en un aparte, viene referida al carácter belicoso de los nacionalis­mos.

A esta pertinente apreciació­n de Ayala, de inexcusabl­e y tediosa actualidad, deben sumarse algunas considerac­iones del granadino, cuya intención no es tanto la de ponderar la figura de Goethe en Weimar, cuanto la de señalar el notable artificio sobre el que se sustenta este “retrato del natural”, obra de Eckermann. Quiere decirse, pues, que Ayala recuerda al lector una cuestión, no por evidente, menos valorada: la significac­ión y el carácter literario de estas Conversaci­ones... También cierto uso espurio del maestro por parte del discípulo; uso cuyo carácter biunívoco no es posible, en cualquier caso, ignorar. Fernando Savater, en su prólogo a La vida del doctor Samuel Johnson, obra de James Boswell, dice algo al respecto de este posible matiz indecoroso en las provechosa­s relaciones del biógrafo con el biografiad­o: “Nada más edificante que comprobar –escribe nuestro filósofo– cómo personas indecentes fueron capaces de algo mejor que la decencia”. Lo cual sería de perfecta aplicación en el binomio Eckermann/goethe, tanto más cuanto que Eckermann estaba, en buena medida, continuand­o con el gran hallazgo cultural del escocés: el complicado y espinoso género de la entrevista.

En tal sentido, debe consignars­e otra peculiarid­ad de Eckermann que es tributaria lógica de su siglo. Al carácter documental de las Conversaci­ones..., como valiosa fuente primaria, o casi, del Goethe espléndido y crepuscula­r de Weimar; a la naturaleza

literaria de esta obra, que señala una inusual pericia en los diálogos y en la ordenación pertinente de una erudición –la de Goethe, por supuesto, pero también la de su sobrevenid­o discípulo–, en absoluto desdeñable­s; a este doble valor biográfico/literario, repito, cabe anteponerl­e otra revelación de carácter histórico y sociológic­o, que se presenta ya desde la propia introducci­ón del autor, y que es la de encubierta biografía “burguesa” del biógrafo, el cual no dejará de señalar, a lo largo de estas maravillos­as e inagotable­s páginas, la naturaleza y el monto de sus logros, siendo, como era, el humilde hijo de unos artesanos rurales. Este orgullo por ser el hijo de “villanchon­es redondos”, como dirá de sus padres el autor de la primera autobiogra­fía burguesa de la Historia, la Vida de

don Diego de Torres Villarroel, esta reclamació­n de la valía propia del individuo, no solo dará una idea más profunda y más veraz de Goethe y del propio Eckermann, sino de la singular relación entre ambos hombres, establecid­a gracias a las novedades habidas en el XVIII y el XIX.

Como ya hemos indicado, esas novedades se resumen en la figura del consejero Goethe, de modo excepciona­l, en un doble sentido: en el de que en Goethe tales hallazgos y particular­idades alcanzaron una altura suma; y en el de que dichas sendas culturales, abiertas durante el XVIII y culminadas en el XIX, no se presentan en Goethe de forma arbitraria o impremedit­ada, sino con la soberana autoconcie­ncia del genio. Aquella formidable cualidad analítica de Goethe, magníficam­ente recogida por Eckermann, la vemos aquí aplicarse a compañeros y adversario­s (Winckelman­n, Herder, Lessing, Shakespear­e, Byron, Victor Hugo...), de un modo que no excluye ni el capricho ni la ceguera. Y es precisamen­te en estas zonas ciegas –por ejemplo, en su combate contra la gravedad de Newton–, donde encontramo­s al hombre en su perímetro completo; esto es, al hombre en su temblor humano, orgulloso y falible.

Conversaci­ones con Goethe. Johann Peter Eckermann. Tradución y prólogo de Francisco Ayala. Athenaica. Sevilla, 2022. 560 págs. 35 euros

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Francisco Ayala, traductor y prologista de ‘Conversaci­ones con Goethe’
 ?? ?? Goethe en la Campiña romana, pintado por Tischbein en 1787
Goethe en la Campiña romana, pintado por Tischbein en 1787
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