Roglic, más sangre que segundos
VUELTA A ESPAÑA ● Evenepoel se salva en Tomares, donde Pedersen hizo su doblete
El danés Mads Pedersen (Trek Segafredo) reforzó el maillot verde con el triunfo al esprint en la decimosexta etapa de la Vuelta, disputada entre Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y Tomares (Sevilla), de 189 km, donde al final reinó el caos con caída de Primoz Roglic en la recta de meta mientras el líder Remco Evenepoel, que pinchó, cedía sólo 8 segundos al esloveno.
Otro día de fiesta para Pedersen (Tollose, 26 años), ganador en Montilla y Tomares, dando un paso decisivo para llegar a Madrid de verde. Pronóstico cumplido de esprint y triunfo de un velocista. El nórdico, capaz de unirse a la rebelión final de Roglic, alzó los brazos con un tiempo de 4h.45.29, por delante del alemán Ackerman y del neerlandés Danny van Poppel.
Mientras Pedersen gritaba de euforia, Roglic, que disputaba el esprint entre cinco, bramaba de dolor. El esloveno, que rompió la carrera a 2,6 km de meta, se estrelló contra el asfalto. Rodilla y brazo derechos ensangrentados. Sentado en el suelo lamentaba su infortunio. Iba por la Vuelta y entró en el túnel de las dudas ante el alcance de sus lesiones.
El primer grupo perseguidor entró a 8 segundos, y ese tiempo fue el que limó Roglic a Evenepoel, quien tuvo la suerte de pinchar dentro de los 3 últimos kilómetros de seguridad. Si hubiese sido antes, tal vez el triple ganador de la Vuelta hubiese puesto en serio apuros al belga.
Finalmente, Evenepoel disfrutó el décimo día con la roja. Lo sigue en la general el maltrecho Roglic a 1.26 minutos, luego el trío de españoles, por este orden Enric Mas a 2.01, Juan Ayudo a 4.49 y Carlos Rodríguez a 5.16.
TREGUA EN LA GENERAL
Continuó el peregrinaje por Andalucía con la salida en Sanlúcar de Barrameda, localidad gaditana donde el Guadalquivir se une al mar, donde se vivía un día festivo por la conmemoración de otra vuelta, la primera circunnavegación de la Tierra de la historia de la expedición Fernando de Magallanes-juan Sebastián Elcano, una proeza que celebra en este 6 de septiembre su V Centenario.
La Vuelta se enfrentaba a una jornada propicia para los velocistas. Pero cogieron carretera y manta dos aventureros habituales de los equipos que no pueden desperdiciar opciones de chupar cámara. Ander Okamika (Burgosbh), ciclista de Lekeitio, y el marbellí Luis Angel Maté (Euskalteleuskadi) lo intentaron. El pelotón dio luz verde.
Por Santiponce, a 17 de meta, la fuga ya estaba en ruinas, rodando junto a los restos de la ciudad romana de Itálica, una de las principales urbes de la Hispania romana, de donde eran originarios los emperadores Trajano y Adriano. Sevilla ya estaba a la vista, y comenzaba la conquista por la etapa.
INTENTO DE ROGLIC
La etapa se desperezó a 15 km de la meta, tocaba volar en la aproximación a Tomares. La etiqueta de transición ya estaba colgando de la percha de la jornada, pero a veces en un instante la tranquilidad se puede transformar en una intensa tormenta de acontecimientos. Y eso sucedió.
En la aproximación pinchó Groves. Un esprinter menos. El Ineos, Jumbo y UAE tensaron, cerca de la zona de seguridad de los 3 km. Los hombres del equipo emiratí llevaban en volandas a Ackerman. Por detrás Evenepoel había puesto pie a tierra. Un pinchazo dejó clavado al líder. “Tranquilo, Remco”, le dijo un juez, según comentó Valverde, testigo de la escena.
De repente, la sorpresa, saltó del grupo Roglic. Un ataque de los suyos, potente y con continuidad, en busca de la etapa, de la bonificación y de añadir, tal vez, algo más de tiempo a Evenepoel. El triple ganador de la Vuelta lanzó su primer órdago aprovechando una llegada en ligera subida, pero se le pegaron a su rueda varios esprinters, entre ellos Pedersen, Ackerman, Van Poppel y Fred Wrigth.
El esloveno se rozó con Wright y se estrelló. Duro golpe, sangre, dolor y desesperación. La ambición no tuvo recompensa. Ahora la oposición al líder dependerá de la evolución de las lesiones. Una lástima para el esloveno y también para la Vuelta. El ganador de las tres últimas ediciones venderá muy cara la derrota. Con sangre, sudor y lágrimas. Es Roglic.