España encuentra la energía para ganar
● El equipo de Scariolo domina a Montenegro desde la defensa y se jugará con Turquía el primer puesto
La selección española volvió con energía al partido contra Montenegro, dominándolo de principio a fin con un 65-82 final y consiguiendo la clasificación matemática para los cruces de octavos de final.
El día de descanso le vino bien al equipo español, que salió a pista con la energía renovada, con la agresividad defensiva que demostró en las dos primeras jornadas del Eurobásket y con la clara indicación de jugar rápido en ataque, siendo más vertical al aro contrario.
Tras los primeros minutos de adecuación al partido en el que Marko Simonovic (7 puntos) y Jaime Pradilla (9) fueron los claros protagonistas, la defensa y, sobre todo, el dominio del rebote, comenzaron a dar réditos a los españoles que a los 7.45 minutos alcanzaron la decena de puntos de diferencia, 13-23.
Las rotaciones de Sergio Scariolo mantuvieron el ritmo de juego en pista y el final del primer cuarto llegó con 17-27 en el marcador, con Bojan Dubljevic, la gran estrella de los montenegrinos, anulado y con buenas sensaciones. En el segundo cuarto, Juancho Hernangómez
(2) y Darío Brizuela (3) ejercieron de francotiradores efectivos desde la larga distancia en los primeros cuatro minutos, elevando la renta hasta la veintena de puntos, 22-42.
La selección mantuvo su dominio del rebote, llegando al descanso con un claro 25-6 en este apartado, lo que le permitió concluir esta primera mitad con un claro 31-53 que ya no dejaba ningún lugar a la duda.
Lorenzo Brown, efectivo a la hora de marcar el ritmo y de cara al aro, lideró el juego en el que todos aportaron entrega, energía y compromiso.
En Montenegro, con Dubljevic controlado, nadie dio un paso adelante y la rapidez de Kendrick Perry y la experiencia de
Nemanja Radovic apenas inquietaron a la sólida defensa española, que alternó la individual, la zona y la presión.
El paso por los vestuarios no cambió el statu quo del partido, con España dominando en ataque y en defensa y con Pradilla volviendo a exhibir su calidad, 35-60 (min. 23.15). La diferencia en el marcador hizo que la defensa bajara un poco su presión, lo que aprovechó Mihailovic para hacer números pero sin amenazar la renta española, 4367 (m. 26.30).
Al final del tercer cuarto, tras unos minutos de descoordinación y errores, 48-67.
Con la victoria en franquía, la selección perdió velocidad en ataque, ralentizó su juego y perdió efectividad, aunque en ningún momento puso en peligro el partido al mantener su eficiencia defensiva.
Montenegro tampoco mejoró sus prestaciones y el triunfo español se materializó con el 65-82 final. Un partido convincente del equipo de Scariolo.
Turquía y España jugarán este miércoles el último partido del grupo –ambas están clasificadas para los octavos de final– y el vencedor lo hará como primero pendiente del cruce.