“Si no fuera por Melonares, ahora Sevilla estaría en emergencia”
ción más que la ejecución del embalse. En una situación similar está San Calixto (entre Córdoba y Sevilla), presa en el río Genil cuya función principal sería reducir el riesgo de inundación de Écija y Palma del Río. Pese a que están en los papeles, estos proyectos tienen todos los visos de seguir en el cajón mucho tiempo.
La presa de Rules, que recoge las aguas de los arroyos de Sierra Nevada y la costa tropical, ya estaba terminada en 2009. Beneficiaría a la comunidad de regantes de la zona del Guadalfeo, unas 12.000 hectáreas, que ahora tienen que bombear agua del río o usar agua subterránea para regar. El Gobierno acaba de anunciar que en breve se licitará la primera de las nueve conducciones previstas, que reclaman los regantes y el PP.
En la provincia de Granada también hay un conjunto de obras de abastecimiento pendientes de ejecutar (y exigidas por el PSOE): la conducción a la Costa Tropical, la mejora del abastecimiento a los municipios de la Contraviesa, conducción desde los pozos de la Vega de Granada o las obras de emergencia para el abastecimiento del sistema de Cubillas Colomera desde la Ronda Sur (las dos primeras competencia de la Junta y las dos segundas del Estado).
El secretario general de Feragua, Pedro Parias, asegura que desde hace 20 años “no hay ninguna apuesta decidida y firme por las grandes obras hidráulicas, da igual el color político del Gobierno central y autonómico; desde que se inicia una idea hasta que se materializa del todo pasan de 12 a 15 años y un político sabe que no va a durar eso, no se puede colgar la medalla”. El directivo de la federación de
En las Cuencas Mediterráneas se reivindica la presa de Gibralmedina, que debe dar garantía de agua al sistema del Campo de Gibraltar y a la Costa del Sol Occidental, no solo para regadío, sino también a la industria y para consumo humano. Actualmente, el proyecto está en redacción, lo cual, según Feragua, es un hito, porque los gobiernos anteriores de la Junta no habían iniciado ningún gran proyecto hidráulico desde que asumieron la demarcación hidrográfica del sur en 2005.
La desaladora de la Axarquía y la ampliación de la instalación de regantes sostiene que las grandes obras son necesarias para dar garantía de agua en épocas de sequía y pone como ejemplo Melonares. “Sevilla no está en emergencia y tiene dos años de agua porque se hizo este embalse, que contó con una fuerte oposición de grupos sociales. Si hay garantía de agua para todas las capitales andaluzas es gracias a los embalses”. Un ejemplo de la desidia que denuncia es la situación de la Breña II,
la Costa del Sol Occidental, las obras de encauzamiento del río Guadalhorce y del Guadarranque o la mejora de la garantía de abastecimiento a los núcleos de la comarca de La Janda son otras actuaciones que reivindican los partidos. Y el PP reclama la aprobación por el Consejo de Ministros en Córdoba. La obra acabó en 2009 y se pensó en una estación de bombeo con la que llevar agua del Guadalquivir al embalse. Esa obra acabó en 2013. Desde entonces no ha funcionado, porque el canal de conexión se cerró por la entrada de tierra y sedimentos y porque el azud (infraestructura para elevar la cota del agua y desviar el curso del río) se rompió. Ahora parece que por fin se han iniciado las obras pero durante casi una década no ha existido el bombeo previsto de 120 hectómetros cúbicos anuales pese a que la obra había concluido.
del trasvase de Iznájar a la comarca de Antequera, para garantizar el suministro de agua potable necesario para el consumo humano en la zona.
El listado de obras reclamadas para otra provincia agrícola, Almería, es largo. El PP lleva al Parlamento andaluz la ampliación de la desaladora de Carboneras, la reparación y ampliación de la desaladora del Bajo Almanzora, la ampliación de la desaladora del Campo de Dalías y las instalaciones de energía renovables que garanticen un precio sostenible del agua desalada. También la conducción para agua desalada de la Venta del Pobre a Tabernas, para garantizar el abastecimiento humano y la sostenibilidad del regadío y la conducción de agua desalada a Adra desde la desaladora del Campo de Dalías. El PSOE reivindica además la garantía de abastecimiento en alta de agua desalada en el Poniente Almeriense, obra de la Junta de Andalucía.
Los regantes suman al listado de actuaciones importantes la modernización de la zona regable del Rumblar. Son 5.500 hectáreas y es la única gran comunidad de regantes con el riego sin actualizar, en Andújar.
Estas y otras obras serán analizadas el próximo miércoles en el Pleno del Parlamento. Aunque la lucha por mejorar la situación hídrica de la comunidad autónoma no se queda solo en obras: el PP reclama que el Ejecutivo de Pedro Sánchez apruebe un nuevo decreto de sequía con una dotación importante y que se aumenten los fondos europeos destinados a las infraestructuras hidráulicas, así como la bonificación del agua desalada y la activación de la doble tarifa eléctrica. Y el PSOE, que el Gobierno de Juanma Moreno apruebe el reglamento del ciclo integral del agua de uso urbano en Andalucía, que fue impulsado en la legislatura 2012-2018.
En Almería faltan actuaciones en varias desaladoras y conducciones
Sierra Bermeja cumple un año del primer gran incendio que arrasó miles de hectáreas que quedaron completamente cabornizadas y provocando la evacuación de miles de vecinos, pérdidas medioambientales incalculables, daños económicos de consideración y, desgraciadamente, la muerte de uno de los bomberos forestales del Infoca que luchaban contra aquel infierno en la tierra.
Pasado el tiempo y tras apagarse las llamas, la tónica sigue siendo muy parecida en aquel paraje. El sonido de las motosierras talando pinos y el ruido de las máquinas que los acompañan para el transporte de la madera es el sonido predominante. Estos días los cauces temporales bajan secos y el soniquete del agua al pasar tampoco está. Sólo algunos de los pajarillos que revoletean por algunas de las zonas que no se quemaron del todo rompen el silencio de la naturaleza.
Mientras, el rebrote del monte bajo, el resurgir del verde en algunas copas de pino y el trabajo de los madereros están haciendo que el negro comience a retraerse, aunque la mancha que dejaron las llamas sigue siendo inmensa.
Un paisaje que los expertos estiman que podría tardar entre 20 y 30 años en recuperar una imagen parecida a la que tenía antes del incendio. En este sentido, el catedrático en Geografía y Gestión del Territorio de la Universidad de Granada, José Zotano, muestra su desacuerdo con algunas de las medidas tomadas después del incendio. Considera que no en todas las zonas debería hacerse un corte de madera quemada tan “agresivo” y remarca que debe evitarse el abrir demasiados caminos en la zona para alterar lo menos posible el suelo.
Según explica, la madera quemada puede jugar un papel muy importante a la hora de su regeneración, por lo que considera que se tendrían que realizar en determinadas zonas entresacas y no cortar todo lo quemado. “No se puede generalizar porque Sierra Bermeja es muy variado, habría que analizar cada zona”, explica Zotano.
Además, también muestra su
La Junta y la Diputación defienden la actuación en la zona desde un primer momento
desacuerdo con la gestión anterior al incendio, señalando que “Sierra Bermeja estaba abandonada y sigue abandonada”, por lo que aboga por un cambio en la gestión de este espacio natural único por las especiales características de su suelo, ya que se asienta sobre un macizo de peridotitas. “Su pinsapar es algo único en el mundo”, señala Zotano, que pide aumentar su protección ante este tipo de incendios, al tiempo que resalta la importancia del pino resinero en la zona, ya que se tiene comprobado que su existencia en el paraje se remonta a unos 12.000 años.
Sobre el territorio, las principales críticas a la gestión llegan del alcalde de Genalguacil, Miguel Herrera, quien insiste en el “abandono” al que considera que se está sometiendo a la zona interior. “Se han volcado con la costa”, señala Herrera, que lamenta que las promesas anunciadas por las administraciones por el incendio no se han materializado más allá de los trabajos de tala y el arreglo de algunos diques para evitar el efecto del agua. “Los privados siguen abandonados, han creado ayudas a las que no se pueden acoger porque no nos preguntan y no conocen nuestra realidad”, insiste.
Además, lamenta que no se hubiese puesto en marcha el prometido plan de empleo y sostiene que no se están realizando trabajos preventivos para evitar nuevos incendios. “El problema es que no preguntan, la gente de la zona somos los que conocemos la realidad y lo que necesitamos”, insiste antes de referirse a la ejecución de las ayudas anunciadas por las administraciones. En este sentido, el Gobierno central anunció la ejecución de un programa para mejora de infraestructuras dañadas en zonas públicas, que será sufragado
Genalguacil insiste en los agravios entre la zona afectada en la costa y el interior
al 50% con la Diputación de Málaga. “Espero que la aportación de Diputación no se quede en esos 4,5 millones y llegue a los 9 anunciados”.
Menos crítico es el alcalde de Júzcar, Francisco Lozano, que se muestra satisfecho con la actuación y las medidas previstas para los próximos meses. “Están actuando desde el primer momento”, en referencia a la realización de fajanas o tala de pinos quemados.
La Junta destaca que el 91% de las actuaciones que estaban previstas ya se habían ejecutado por parte del Gobierno autonómico.
En cuanto a la Diputación de Málaga, sus responsables insisten en los 9 millones destinados a la zona. De esa cantidad, apuntó el presidente de la Diputación, Francisco Salado, 4,6 millones corresponden a actuaciones para la mejora de carreteras y caminos que afectan a municipios como Casares, Faraján, Genalguacil, Júzcar, Estepona o Jubrique; 1,9 millones para la reparación y adecuación de las infraestructuras hídricas en Júzcar, Faraján, Genalguacil, Jubrique y Casares; 1,4 millones para construir nuevas tomas de agua para camiones de bomberos en los 15 municipios del Valle del Genal y un millón en ayudas y subvenciones a agricultores, ganaderos, explotaciones forestales y empresas de comercio, restauración y turismo rural de los municipios afectados por el incendio.
Además, han destacado las acciones desarrolladas para la promoción turística de la zona, tanto en ferias especializadas como mediante campañas en medios de comunicación o la llegada de una etapa de la Vuelta Ciclista a España.