El OEA rebaja otras dos décimas el crecimiento de la economía andaluza
● La desaceleración será algo más intensa que a nivel nacional, con una demanda interna que se contrae
La economía de Andalucía sigue creciendo pese a las muchas incertidumbres que amenazan la recuperación, las mismas que tensionan la coyuntura nacional e internacional, pero al mismo tiempo el incremento continúa desacelerándose. Así, lo ratifica el panel de expertos del Observatorio Económico de Andalucía (OEA), que ayer presentó su informe Economía andaluza. Segundo trimestre de 2022.
Si en mayo, al presentar el informe del primer trimestre, los principales economistas andaluces recortaron en punto y medio su previsión de crecimiento para el presente ejercicio, ahora revisa esa estimación en un par de décimas y la deja en el 3,8% para el conjunto del año, según confirmó el presidente del OEA, Francisco Ferraro. Para el año 2023 lo concreta en el 2,0% del PIB.
Ferraro explicó que para lo que resta de año, el crecimiento de la economía andaluza sentirá la notable reducción del efecto turismo como principal factor de crecimiento en los meses de primavera y verano.
También se incrementará “el debilitamiento que ya caracteriza al consumo de las familias”, a tenor de los datos del segundo trimestre del año y algunos indicadores adelantados este verano. “Tanto los datos del Índice de Comercio al por Menor para el mes de julio –una caída de 4,7 %, que se eleva al -7,6 % en términos constantes y sin estaciones de servicios– como otros indicadores de alta frecuencia –como son los pagos por tarjeta– muestran una intensa moderación para los primeros meses del tercer trimestre”, afirmó Ferraro que también reseño que el Índice de Confianza del Consumidor se desplomó en julio para España, con una caída de 10 puntos la pasar de un valor 65,8 a 55,5 en tan solo un mes. Este frenazo también es evidente en el Índice de Valoración de la Situación Actual y el Índice de Expectativas.
“Sin embargo”, explico Ferraro, “esta percepción negativa no parece trasladarse aún al tejido productivo”. Así lo confirma el Índice de Confianza Empresarial, que aumentó tanto para Andalucía como para España para el tercer trimestre”. El presidente del OEA alertó, no obstante, de que este tipo de índices, de tipo estadísticos, están muy relacionados con el
El Observatorio deja su previsión en el 3,8% para este año, y en el 2,0% para 2023
momento económico en el que se realiza –en este caso un buen segundo trimestre– induce a pensar que en las próximas publicaciones para el segundo semestre de este año veamos una corrección a la baja.
El OEA espera un mayor debilitamiento del consumo de las familias y una demanda externa que necesariamente se verá debilitada dejan en manos de la inversión, y en particular de la pública, la improbable compensación de los otros componentes de la demanda.
“No obstante, todo hace apuntar que la posible contracción de la actividad no será de la misma intensidad que en otras economías europeas”, señaló Ferraro, que enfatizó que la carga financiera de familias y empresas es mucho menos onerosa y sensible a la subida de tipos comparado con una década atrás.
En la actual coyuntura inflacionista, el OEA espera que los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia sean menos intensos para la comunidad autónoma, al ser los lazos y el grado de dependencia de los canales comerciales y de distribución con las economías más implicadas en el conflictos más indirectos. Sin embargo, como factores negativos, de la economía andaluza se encuentra un mayor peso del consumo, así como una mayor debilidad del mercado de trabajo y mayor concentración en actividades productivas, como el turismo o los sectores asociados al consumo, que puedan amplificar relativamente los efectos.
Este crecimiento andaluz será algo menor que el de España, por lo que se rompe la tendencia de los últimos trimestres de crecer algo más que la media nacional, que el OEA estima en el entorno del 4%, “aunque puede que no llegue a esa cifra”, dijo Ferraro.
El OEA cree que España, a pesar de encontrarse en una posición relativamente más cómoda que otras economías de Europa por la menor dependencia del gas ruso, sufrirá también las consecuencias que están afectando al crecimiento económico en el mundo y en Europa. Sí alertó que el segundo semestre será claramente peor que el primero.