Velar por una jubilación tranquila y plena
Responsable de Banco Mediolanum en la Zona Sur
ARRANCA la segunda parte de la reforma de las pensiones públicas. Ya se han aprobado la revalorización según el IPC, la modificación del sistema de los autónomos que deberán ir equiparando su cotización a los ingresos reales y los planes de pensiones de empleo. Ahora se aprobarán el “destope” de la base de cotización y la pensión máximas, y la modificación del sistema de cómputo de las pensiones.
La esencia del sistema público es que cada trabajador paga a la Seguridad Social para su futura pensión en función de lo que gana. Estamos acostumbrados a escuchar en los medios cual es la pensión máxima, pero es difícil encontrar datos de cuál es la pensión media. En Andalucía, estamos hablando de una cifra que no llega a mileurista, 932 euros. El umbral de la pobreza a nivel nacional se situó en 2021 en 9.535 euros al año, así que imagínense. A partir de estos datos, difícilmente podamos mantener un nivel de vida que nos permita estar tranquilos después de trabajar 30 o 40 años.
Para el cálculo de la pensión, hoy se computan los últimos 25 años trabajados y la propuesta es subirlo a 35 y que cada trabajador descarte aquellos años con cotizaciones más bajas. En diciembre conoceremos el nuevo modelo.
Traigo aquí este asunto porque todo lo ligado a la jubilación es decisivo en nuestras finanzas. Los asesores recalcamos que el ahorro debe tener una planificación ligada a los objetivos vitales, ya sea la compra de una casa, los estudios de nuestros hijos, y, cómo no, la jubilación.
La dificultad está en planificar algo a 30 años vista. El ser humano suele ponerse las gafas de cerca cuando de dinero se trata. Un asesor nos debe ayudar a ponernos las de lejos, para planificar un momento tan importante.
Nunca es ni muy pronto ni excesivamente tarde para establecer una estrategia financiera porque es una etapa vital en la que ya es casi imposible obtener ingresos profesionales. Es, sin duda, tiempo de recoger lo cosechado. Por ello, debemos tener presente una planificación diversificada con inversiones a corto, medio y largo plazo, más un colchón de liquidez para imprevistos y oportunidades financieras. Si aún no has empezado tal vez creas que tu plan no está ajustado a tus necesidades futuras.
La planificación de la jubilación está unida al largo plazo, y cuanto más largo, mejor. Porque el tiempo es el factor exponencial en el resultado final del ahorro, gracias a darnos la posibilidad de utilizar fondos de inversión de renta variable con reinversión de beneficios y diversificación geográfica y por sectores.
Quiero cerrar estos consejos señalando que las inversiones pensadas en la jubilación no pretenden sustituir la pensión pública; se trata de complementarla. Es el plus que nos permitirá disponer de fondos suficientes para disfrutar de aquellas cosas que tenemos pensado hacer cuando finalice nuestro recorrido laboral. Mira por el hoy, pero también por tu yo del futuro.