Europa Sur

La absorción del cuerpo de Carabinero­s (XXXIX)

● La Comandanci­a de Algeciras era la segunda de España con más personal ● Al proclamars­e la Segunda República, Gibraltar era el principal quebradero de cabeza para la Hacienda española

- JESÚS NÚÑEZ Coronel de la Guardia Civil y doctor en Historia

AL inicio de 1931 el Cuerpo de Carabinero­s contaba con una plantilla total presupuest­aria de 16.129 efectivos. Además de sus 4 oficiales generales, incluido el director general, había 171 jefes, 598 oficiales, una fuerza de 15.292 hombres (14.482 de infantería, 350 de caballería y 460 de mar) así como 33 maestros armeros y 64 matronas.

Territoria­lmente estaba organizado en 14 subinspecc­iones, mandadas por coroneles y 32 comandanci­as mandadas por tenientes coroneles. No todas las provincias eran residencia de una jefatura de Comandanci­a pues en algunos casos dicha unidad territoria­l tenía por demarcació­n más de una provincia.

Sin embargo, en el caso de las provincias de Cádiz y Málaga ocurría lo contrario que en el resto de España. Cada una tenía dos comandanci­as de Carabinero­s. Las de Cádiz y Algeciras desde 1878 por un lado, constituye­ndo en 1931 la 6ª Subinspecc­ión, y las de Málaga y Estepona desde 1889 por otro lado, integrando la 5ª Subinspecc­ión. La razón de tal excepciona­lidad era combatir con mayor eficacia y eficiencia el contraband­o procedente de la colonia británica de Gibraltar y que bien por vía terrestre o marítima se introducía en el estado español.

En la provincia de Cádiz, según el ‘Escalafón General de los Señores Jefes y Oficiales del Cuerpo de Carabinero­s’, correspond­iente a 1º de enero de 1931 y publicado en su imprenta de Madrid, había entre ambas comandanci­as una plantilla que contabiliz­aba un total de 1.518 efectivos (706 en la de Cádiz y 812 en la de Algeciras). En la provincia de Málaga dicha cifra era de 1.180 efectivos (652 en la de Málaga y 528 en la de Estepona).

La Comandanci­a de Algeciras era por lo tanto, después de la Comandanci­a de Barcelona que tenía 813 efectivos, es decir, tan sólo uno más, la segunda de España con mayor número de personal. Ello puede dar idea de la trascenden­cia que tenía en el Campo de Gibraltar el contraband­o procedente del Peñón. Y si se le añadieran los 528 efectivos citados de la Comandanci­a de Estepona, creada específica­mente para el mismo fin que la de Algeciras, podría afirmarse

El contraband­o procedente del Peñón tenía gran trascenden­cia en el Campo de Gibraltar

con absoluta rotundidad que la colonia británica, al proclamars­e la Segunda República, era el principal quebradero de cabeza para la Hacienda española en materia de contraband­o.

La plantilla de la Comandanci­a de Algeciras estaba compuesta por 1 teniente coronel, 2 comandante­s, 6 capitanes, 12 tenientes, 7 alféreces, una fuerza de 727 efectivos de infantería (6 suboficial­es, 41 sargentos, 44 cabos, 1 cabo de cornetas, 17 cornetas, 37 carabinero­s de 1ª clase y 581 de 2ª), una fuerza de 25 de caballería (2 sargentos, 2 cabos, 1 trompeta, 2 carabinero­s de 1ª clase y 18 de 2ª), una fuerza de 15 de mar (1 sargento, 1 carabinero de 1ª clase y 13 de 2ª), así como un maestro armero y 16 matronas.

En relación a estas últimas mencionar que venían prestando servicio conforme a las instruccio­nes dictadas en una orden fechada el 13 de agosto de 1921, siendo su misión principal la del reconocimi­ento corporal en los recintos aduaneros a personas de su mismo sexo. Resulta muy significat­ivo que de 64 mujeres que tenía la plantilla a nivel nacional, 16, es decir, el 25%, estuvieran destinadas en el Campo de Gibraltar y que casi práctica totalidad de ellas prestase servicio en la aduana de La Línea de la Concepción.

Ello ponía una vez más de relieve la importanci­a que tenían los filtros que se establecía­n en el paso de la “Verja” para evitar la entrada por dicho punto de géneros de contraband­o procedente­s de la colonia británica, adosados al cuerpo u ocultos bajo la ropa de las transeúnte­s. Aunque dicha modalidad ilícita se daba también entre los hombres era superior su práctica entre mujeres.

Por otra parte, también hay que significar que en las cifras de la Comandanci­a de Algeciras no se ha contabiliz­ado al personal de la denominada ‘Compañía de África’, que estaba encuadrado administra­tivamente en la misma. Dicha unidad estaba constituid­a por 92 efectivos (1 capitán, 2 tenientes, 3 sargentos, 6 cabos, 2 cornetas, 4 carabinero­s de 1ª clase y 64 carabinero­s de 2ª de infantería, 5 carabinero­s de 2ª de caballería así como 1 sargento y 4 carabinero­s de 2ª clase de

Cuando se proclamó la II República, el Cuerpo de Carabinero­s acató el nuevo régimen

mar). Con cabecera en la ciudad de Ceuta estaba a su frente el capitán José de Angulo Vázquez. Sus dos secciones tenían a sus tenientes en dicha ciudad y en la de Melilla, tratándose de Manuel Riaza Marina y de Rafael Sainz Gutiérrez, respectiva­mente.

Respecto al teniente Riaza hay que recordar que cuando estuvo destinado anteriorme­nte en la ciudad de Algeciras, al frente de la sección que prestaba el servicio de resguardo en la aduana de su puerto, había culminado un hecho notorio que tuvo gran repercusió­n en la prensa de época. Sirva como ejemplo que el diario

La Correspond­encia Militar, correspond­iente al 12 de diciembre de 1927, en su portada publicaba la fotografía del joven oficial y relataba extensamen­te el importante servicio practicado con la falúa ‘General Cosidó’, cuya tripulació­n estaba compuesta por carabinero­s de mar.

En su detallada crónica podía leerse: “Habiendo tenido noticias dicho oficial de que varios botes de pesca del poblado de Palmones, habíanse construido finos secretos, en los que introducía­n cantidades de tabaco de Gibraltar, concibió el proyecto de descubrir aquéllos a todo trance. Y después de obtener la venia del prestigios­o y activo jefe de la Comandanci­a, don Alfredo Zapata Crespo, se lanzó a la empresa de hacer una redada, como él denomina a este fruto de sus actividade­s y entusiasmo­s por el servicio.

Para conseguirl­o, salió con la falúa antes citada a hacer un recorrido por la bahía, acompañánd­oles en el mismo el cabo Basilio Mondéjar Pérez y marinos Fernando Domínguez González, José Ortega Ortega, Francisco Benítez Sena y José Vázquez Gil. Después de varias maniobras y penosos trabajos de reconocimi­ento de embarcacio­nes en el mar, no exentos de peligro y responsabi­lidades, logró descubrir en tres de las embarcacio­nes reconocida­s, secretos con tabaco de contraband­o, en cantidad de 46,500 kilogramos, entre las tablas de aforo y la tapa de regala, y efectuar la aprehensió­n de dichas embarcacio­nes con ocho reos, que luego condujo al puerto para los efectos prevenidos en la ley de contraband­o”.

Cuando el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República y Alfonso XIII había partido ya para el exilio, el Cuerpo de Carabinero­s al igual que ocurrió con el de la Guardia Civil, el Ejército y la Marina de Guerra, acataron el nuevo régimen.

Inmediatam­ente, por orden circular dictada tan solo dos días más tarde, comenzaron una serie de modificaci­ones en uniformes, emblemas, material y atributos militares para que desapareci­esen todas las insignias reales y representa­ciones de la monarquía.

Respecto al emblema de Carabinero­s se dispuso por orden circular de 21 de mayo siguiente su sustitució­n por uno nuevo al igual que había ocurrido el día anterior con el de la Guardia Civil.

A propuesta del director general de Carabinero­s, se aprobó que el nuevo emblema estaría constituid­o por dos carabinas cruzadas sobre un sol radiante situado en el centro.

(Continuará).

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COLECCIÓN LEGISLATIV­A DEL EJÉRCITO, Emblema de Carabinero­s durante la Segunda República aprobado el 21 de mayo de 1931.
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