Binoche: “Me educaron en la dependencia, pero por suerte lo detecté pronto”
● La actriz francesa, ganadora de un Oscar por ‘El paciente inglés’ y musa del cine de autor europeo, recogió el Premio Donostia de manos de Isabel Coixet
Ganadora de un Oscar por El
paciente inglés y musa del cine de autor europeo, la actriz francesa Juliette Binoche, que ayer recogió el primer Premio Donostia del 70 Festival de San Sebastián, aseguró que es importante “saber decir no” para no entrar de esta manera en un sistema “machista”. En la rueda de prensa previa a la recepción de ese premio honorífico por toda su carrera, Binoche se declaró “afortunada” por no haber sufrido situaciones especialmente machistas en la industria del cine.
“Sé que hay mujeres que las sufren, quizá en un cine más estereotipado, pero hay que saber rechazar ese cine; a mi me han ofrecido, en el cine americano, papeles de mujer de, de mujer objeto, y he dicho que no”, señaló. “Es importante saber decir que no para que no entrar en un sistema... hay que ver lo nuevo de una misma, saltar a lo desconocido, ya no estamos en unos códigos machistas, yo fui educada en la dependencia y por suerte lo detecté muy temprano”, aseguró la intérprete.
Leos Carax, Abbas Kiarostami, Olivier Assayas, Krzysztof Kieslowski, Micheal Haneke o David Cronenberg forman parte de la lustrosa nómina de cineastas con los que Binoche ha trabajado, además de Claire Denis, la directora de Fuego, una de las dos películas que presenta en San Sebastián.
Basada en una novela de
Christine Angot, la cinta retrata a una mujer enamorada (Binoche) cuya estabilidad se desmorona cuando aparece un antiguo amante a quien sigue deseando fervientemente. “Intento no juzgar nunca un papel sino amarle en sus contradicciones, en sus sombras, en un guion hay una evolución y eso es lo que me interesa, el recorrido interior que nos hace más humanos”, explicó. Al ser preguntada por las escenas más íntimas respondió que “envejecer ante la cámara es un reto que te obliga a ser auténtica y olvidar ideas preconcebidas”.
Intento no juzgar nunca un papel, sino amarle en sus contradicciones, en sus sombras”
Claire Denis explicó que ve a sus actores no como objetos sino como seres que dejan transparentar la vida, el alma y el deseo. “Cuando miro a Juliette, cuando la filmo, veo más que su belleza”, subrayó, “es algo más profundo, una fuerza que resplandece en ella y que dice, yo existo como mujer”. “Esa idea de la juventud ligada al deseo y el amor es muy triste”, añadió.
Binoche se declaró ilusionada por recibir el Premio Donostia de manos de Isabel Coixet, quien la dirigió en Nadie quiere
la noche (2015). “Isabel me gusta mucho porque tiene una inteligencia y una rapidez, ama la poesía y la literatura y le gusta hacer las cosas por sí misma, en el rodaje llevaba ella la cámara, fue un rodaje difícil pero pasamos el reto juntas, es alguien a quien admiro y quiero y me hace feliz que me entregue ella el premio”, dijo.
La actriz rechazó con elegancia las preguntas sobre el estado del cine actual frente al de los 80 y 90. “Soy una actriz que se busca a sí misma a través de la confrontación con un guion, no tengo una idea global del cine, no soy una crítica”.
“Pero sigo encontrándome con verdaderos artistas, como Claire Denis o como Christophe Honoré –con quien hace doblete en este festival, con la película Le Lycéen, en sección oficial– o Julia Ducournau”, con quien está filmando una serie en Estados Unidos, desveló. “Quizá tenemos una visión distinta del pasado porque tendemos a recordar sólo lo mejor”, añadió.
En cuanto al cine español, Binoche opinó que hay “muchos directores maravillosos” y que espera que perdure. “Siempre esperamos el cine español con muchas ganas y curiosidad”.
Nacida en París en 1964, Juliette Binoche ha alternado desde el inicio de su carrera títulos rodados en francés y en inglés y ha logrado ganar los premios de interpretación femenina en los tres grandes festivales: Venecia (Azul, 1994), Cannes (Copia certificada,
2010) y Berlín (El paciente inglés, 1996). El inolvidable personaje de enfermera que encarnó en esta última película la catapultó definitivamente a la fama mundial y le valió el Oscar a la mejor actriz de reparto, un triunfo con el que le arrebató el premio a la favorita de ese año, la mítica Lauren Bacall.