Rafael Zornoza: “Ceballos dejó una profunda huella donde estuvo”
● El obispo destaca del emérito que “era muy humilde y bondadoso”
El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, aseguró ayer tras la muerte del obispo emérito, Antonio Ceballos, que para la diócesis “y para mí es una tarde con un dolor profundo por el afecto que siempre nos hemos estado profesando”. Así, afirmó que se siente consternado “por una muerte repentina porque, aunque sabíamos que estaba delicado y que estaba perdiendo algunas facultades, se ha precipitado su fallecimiento”.
Rafael Zornoza ha dicho de su predecesor a frente de la Diócesis que era “un hombre muy humilde, un santo y enormemente bondadoso que ha dejado un rastro de vida evangélica y de pastor bueno, entregado a todos y muy orante, un ejemplo de vida evangélica”.
En este sentido, señaló que Antono Ceballos ha dejado una “profunda huella” en todos aquellos sitios en los que ha estado, “desde su Jaén natal, Ciudad Rodrigo, que fue el primer lugar en el que estuvo como obispo, y en Cádiz y Ceuta hasta que en el año 2011 presentó su renuncia al Santo Padre”.
El obispo pidió una oración por su descanso eterno pero también de agradecimiento “por esta entrega que ha tenido y de la que nos hemos podido beneficiar por su labor pastoral y que el Señor recompensará con creces”.
Sobre el legado de Ceballos en la diócesis, añadió que “le tocó vivir unos años de transición después
El obispo de Jaén ha destacado su vida “de entrega al servicio de la Iglesia”
de Concilio Vaticano II. Su período estuvo marcado por el Sínodo del año 2000 del que salieron muchas normas para reordenar la vida de la diócesis en muchos ámbitos. Ceballos dio un impulso pastoral fraternal, trajo el seminario y tomó decisiones importantes”.
Por su parte, el obispo de Jaén, Sebastián Chico Martínez, lamentó la pérdida de Ceballos, que desde 2011 residía en el hogar de las Hermanitas de los Pobres, significando que el emérito de Cádiz y Ceuta era “un hombre de Dios que tanto trabajó por la Iglesia en España desde sus distintas responsabilidades, en especial por la de
Jaén donde desempeñó distintos e importantes cargos pastorales”, por lo que ha agradecido a Dios “una vida de entrega al servicio de la Iglesia”.
Desde la diócesis de Jaén destacan la presencia de Ceballos en estos últimos años. “Después de que el Papa aceptara su renuncia, por edad, Monseñor Ceballos ha participado en numerosas celebraciones diocesanas, como las Misas Crismales, la apertura del proceso de beatificación de los mártires, ordenaciones sacerdotales, la presentación del Plan de Pastoral… hasta que su deterioro físico se lo impidió”.