El Gobierno apuesta por una armonización fiscal en lugar de la pugna entre comunidades
El Gobierno intentará que la reforma del sistema de financiación autonómica incluya una armonización de impuestos entre las comunidades para evitar la competencia a la baja, y niega que eso suponga una recentralización. Reacciona así al debate abierto después de que el presidente de la
Junta anunciase el pasado lunes en el Foro Joly la supresión del impuesto de Patrimonio en Andalucía con el objetivo de captar más contribuyentes.
“No salió de mi boca la palabra recentralización”, subrayó ayer el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, tras la cascada de reacciones a sus declaraciones del día anterior, cuando explicó que le gusta el modelo “australiano”, en el que el Gobierno central determina el volumen de gasto por habitante necesario para prestar los servicios y luego se transfieren los recursos a las regiones. Escrivá, en cualquier caso, dejó claro a los periodistas que “la ministra de Hacienda es la que tiene que marcar la política en este ámbito” en el Gobierno.
Y así lo hizo de nuevo ella, María Jesús Montero, quien también indicó que el Gobierno “explora” una mayor aportación de las “grandes fortunas” a la recaudación y quiere “armonizar” algunos impuestos autonómicos para evitar la “competencia fiscal a la baja” entre comunidades.
Hacienda podría estudiar en el marco del debate de la financiación
autonómica que se estableciera una horquilla en la bonificación del impuesto de patrimonio, porque ahora puede alcanzar el 100 %, como anunció Juan Moreno, siguiendo los pasos de la Comunidad de Madrid. Montero enmarcó esa armonización de determinados impuestos en la reforma pendiente del sistema de financiación autonómica, y no al margen.
Pedro Sánchez también instó a las comunidades autónomas a evitar entrar en una competencia fiscal a la baja, porque considera que cuando la periferia compite en este ámbito con Madrid, siempre pierde la periferia.