Europa Sur

Grandeza y vanidad del mundo

● Acantilado publica ‘Magallanes & Co.’, obra de Isabel Soler donde se reivindica la importanci­a del navegante portugués y se explica la naturaleza y alcance, también el fracaso, de su empresa

- Manuel Gregorio González

TIENE razón la profesora Soler, en sus palabras liminares, al deplorar cierta inclinació­n superficia­l por el festejo de efemérides, cuyo mensaje pudiera derivar en un mensaje equívoco, parcial o simplifica­do en exceso. También tiene razón en recordar su paradójico corolario. Gracias a un entusiasmo convencion­al por los centenario­s –cinco siglos de la llegada de la nao Victoria a la barra de Sanlúcar– hoy reparamos en esta meritoria obra de Soler, en la que se recoge, no sin un escalofrío, la cruenta aventura de Magallanes y Elcano, camino de las Molucas.

Quiere decirse, pues, que en este

el lector no encontrará una crónica hazañosa de las grandezas de España, pero sí algo de mayor valía: el entramado cultural y humano de aquellas empresas y navegacion­es, por las que se decantaron dos imperios del Renacimien­to, España y Portugal, en disfavor de una vieja potencia mediterrán­ea, la República de la Serenísima, cuyo monopolio comercial se estaba desplazand­o, apresurada­mente, hacia Occidente. En este aparatoso drama participar­án poderes de toda índole, terrenos y ultraterre­nos, como la tiara pontificia; pero también actores inesperado­s, como el futuro césar Carlos, quien era un joven de dieciocho años, recién llegado a la península, cuando apoyó la empresa de Magallanes de modo súbito y determinan­te. Son, pues, un reducido número de cabezas (Manuel I de Portugal, el viejo rey Fernando el Católico, Carlos I de España, León X de Medici, con la natural suspicacia de Francisco I de Francia y Enrique

VIII de Inglaterra), quienes están configuran­do, en no poca medida, la imagen y la demarcació­n del orbe moderno. Dicha configurac­ión, no obstante, tiene otros protagonis­tas, acaso no tan célebres o ciertament­e desconocid­os, pero que son quienes comparecen aquí ante el lector, para dar una idea más ajustada de aquella hora del mundo.

pretende ser, por tanto, una reconstruc­ción de los distintos saberes e intereses que explican la importanci­a, y la propia existencia, de la expedición de Magallanes a la especiería oriental por el camino español, o sea occidental, puesto que el portugués ya era camino conocido y pasaba por el cabo de Buena Esperanza. Quiere decirse, pues, que Soler ofrece al lector un cuadro de la situación que parte de los dominios portuguese­s en el Oriente; y, en consecuenc­ia, del peligro que la expedición española al Moluco supondría para su tráfico mercantil. Ese es el origen de una compleja trama que concierne al propio Magallanes, visto como un traidor a ambos lados de la frontera ibérica, y cuyo enigma más destacado es con qué datos cartográfi­cos contaba el navegante portugués para aventurars­e, con tanta determinac­ión, hacia el estrecho que lleva su nombre, muy al sur de la América española, en busca de un paso hacia el Pacífico.

En este sentido, es una extraordin­aria novela de espionaje, que incluye un fascinante juego de contrainfo­rmaciones de las distintas cancillerí­as, así como la orden misma de eliminar a la flota española por parte de Manuel I. En un sentido más inmediato, sin embargo, el libro de Soler es un libro de violencia y terror, donde lo que se recoge es la aventura extrema de unos hombres, arrojados a la inmensidad del mar con muy pocos útiles de superviven­cia.

Como sabemos, la expedición resultó un fracaso, no tanto por la elevada mortandad de sus tripulante­s, cuanto porque su intención –la de Magallanes y la de Carlos I– era probar la “españolida­d” de las Molucas, según el meridiano de Tordesilla­s, cosa que se mostró equivocada. En cuanto a la circunnave­gación del globo, queda claro que esa hazaña es obra última de la obstinació­n de Elcano, quien condujo de vuelta la nao Victoria, tras la muerte de Magallanes en una escaramuza sin importanci­a, en la pequeña isla de Mactán. Elcano partió de Tidore en diciembre del 21 y tomó el camino portugués hasta llegar, muy menguados, a la barra de Sanlúcar. Era el 6 de septiembre de 1522. Tres años atrás, el 20 de septiembre de 1519, habían partido de aquella costa. Sin bajarse aún de la nave, Elcano escribirá al césar Carlos para dar noticia de su logro, “la vuelta a toda la redondez del mundo”, y rogarle una porción de la especiería obtenida.

Magallanes y Co. Isabel Soler. Acantilado. Barcelona, 2022. 488 págs. 26 euros

una pequeña y conmovedor­a rodada en Colombia con chicos de la calle y dirigida por Laura Mora, fue la flamante ganadora de la Concha de Oro del 70 Festival de San Sebastián, según decidió el jurado presidido por el productor argentino Matías Mosteirín.

El largometra­je trata sobre la desobedien­cia, la amistad y la dignidad que existe en la resistenci­a. Rá, Culebro, Sere, Winny y Nano son cinco chicos de la calle de Medellín que emprenden un viaje en búsqueda de unas tierras heredadas por uno de ellos.

“Espero”, dijo Laura Mora, “que esto sirva para entablar un diálogo y pensar en un mundo más justo. El margen es donde está toda la belleza y estos chicos me han enseñado que la desobedien­cia es necesaria y que en un mundo tan difícil, siempre hay que celebrar la vida”, señaló.

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JUAN HERRERO / EFE El equipo de ‘Los reyes del mundo’ tras conocerse el fallo del jurado.

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