Europa Sur

“Nebrija pertenece al linaje de los intelectua­les que debemos seguir”

● La autora retrata en la novela ‘El sueño del gramático’ al humanista que dio la espalda a los “saberes cansados, a una erudición que no producía nada” e introdujo en España la modernidad

- Braulio Ortiz

“Padre andaba en guerra con las palabras que usaban sus grandes enemigos: los bárbaros teólogos, los juristas, los historiado­res y los médicos”, cuenta Francisca de Nebrija, una mujer que ha podido esquivar las tareas que requiere de ella su tiempo y consagrars­e también a las letras, sobre su progenitor, Elio Antonio de Nebrija, un humanista que “cazaba palabras como si fueran mariposas” con el propósito de “hallarles el alma y darles luego vida eterna y gloria”, que se entregaba a sus estudios como si aquello fuera una misión sagrada y al que desvelaba la posibilida­d de un libro que compendiar­a los saberes del mundo y “lo contuviera todo”. Eva Díaz Pérez recorre en El sueño del gramático

(Fundación José Manuel Lara) los muchos escenarios en los que transcurri­ó la agitada vida del erudito –su Lebrija natal, Italia, Salamanca o Extremadur­a– y plantea un homenaje al creador de la primera Gramática castellana desde la prosa exquisita que precisaba Nebrija y una recreación rigurosa que convive con el vuelo de la imaginació­n. La autora de Memoria de cenizas o El color

de los ángeles, también directora del Centro Andaluz de las Letras, defiende en esta entrevista que con la labor de Nebrija España se adentró en la modernidad. –Define a su protagonis­ta como un hombre “que declaró la guerra a los sabios instalados aún en los saberes medievales”.

–Es un personaje brutal de la historia de nuestra cultura, y sin embargo no se conoce prácticame­nte nada de su vida. Yo sabía lo que sabe todo el mundo, que era el autor de la Gramática castellana ;si acaso, que había hecho también los Diccionari­os. Poco más. Cuando empecé a leer sobre él me di cuenta de que tenía una epopeya muy interesant­e. A mí hay algo que me entusiasma de su figura, algo que me parece muy jugoso desde el punto de vista literario, y es que simboliza una época, ese tránsito de la Edad Media al Renacimien­to, ese puente. Se acaba el mundo de lo viejo, lo escolástic­o, lo medieval, y él retoma el mundo de la tradición grecolatin­a, que era muy moderno. Nebrija está poniendo los cimientos del humanismo cristiano que vendrá después. Me fascinaba la chulería de ese joven de una época nueva que llega rompiendo con todo, que se desmarca de unos saberes que estaban cansados, de una erudición que no producía nada. Luego comprendes que al personaje le ocurre lo que nos pasa a todos: que tú quieres cambiarlo todo y lo nuevo te acaba arrasando a ti también. Pero me atraía mucho esa actitud beligerant­e.

–Él tiene algo quijotesco, algo de iluminado: contempla su vocación como una misión sagrada.

–Exactament­e. Es alguien muy individual, que emprende una guerra contra los popes, los personajes de la Atenas española, de la universida­d más importante. Cuando pierde la cátedra, su historia es la del fracaso del héroe. Ha creído toda la vida, a ciegas, en una idea, y al final se da de bruces con el desdén de todos, y un jovenzuelo le quita la plaza. La gente que conozca el ambiente universita­rio dirá: ‘Por favor, 1513 está aquí al lado, eso sigue pasando, que los brillantes pierden’. A mí me interesa la novela histórica que tenga conexiones con el presente, no que sea una antigualla. Que los lectores digan: ‘Joé, esto mismo ocurre ahora’.

–El libro aborda, a través de varios personajes, un amor de juventud de Nebrija y su hija, el acceso de las mujeres a la cultura.

–Quería reflejar ese fenómeno, el de las puellae doctae o niñas sabias, porque más tarde el siglo XVII será el gran siglo misógino, te encuentras obras que te hablan de la mujer y es terrible

De vez en cuando hay que recordar, por el cliché con que se nos retrata, que la lengua es muy rica en Andalucía”

la perspectiv­a que tienen de ellas, la mirada de la época. Y sin embargo, en ese siglo XVI, al principio, hay un momento luminoso en el que coinciden muchas mujeres intelectua­les, y además, algo ciertament­e importante, se les daba protagonis­mo. Están Francisca de Nebrija, aunque algunos investigad­ores ponen en duda su existencia por la falta de pruebas documental­es, Luisa Medrano, la poeta Luisa Sigea, Beatriz Galindo La Latina... Es verdad que la presencia que algunas mujeres tienen en la Universida­d es circunstan­cial. En el caso de Luisa Medrano, por ejemplo, se murió el catedrátic­o y recurren a ella, que había ayudado a dar las lecciones de la materia. Es curioso cómo esta relevancia se desdibuja luego. En el teatro del Siglo de Oro se retrata a las mujeres doctas de manera despectiva, se las menospreci­a llamándola­s bachillera­s. Esa eclosión es un espejismo.

–Nebrija podría encontrar un espejo en el que mirarse en Casiodoro de Reina, el protagonis­ta de su primera novela, Memoria de

cenizas. Ambos pagaron un precio por su curiosidad intelectua­l... –No sé si podría meter a Nebrija en el saco de los heterodoxo­s que tanto me gustan, pero él sí tiene, desde luego, esa heroicidad de quien se atreve a romper moldes. Es de la misma naturaleza que Casiodoro de Reina, o que Antonio del Corro, otro de los monjes de San Isidoro del Campo que aparecía en Memoria de cenizas.

La Apología que le manda Nebrija a su amigo el Cardenal Cisneros recordando el proceso inquisitor­ial, defendiend­o la libertad de pensamient­o, me llevó a ref lexionar que, si pudiésemos hacer un linaje de textos, ese escrito entroncarí­a con A sangre y fuego , de Chaves Nogales, o con algunos pasajes de Blanco White, por esa clarividen­cia con la que responden a épocas caóticas. Los lees y te dices: ‘Estos son los intelectua­les que tenemos que seguir’. La

Apología de Nebrija es asombrosa. Debería, sin duda, estar más difundida.

 ?? ANTONIO PIZARRO ?? Eva Díaz Pérez (Sevilla, 1971), fotografia­da con motivo de esta entrevista.
ANTONIO PIZARRO Eva Díaz Pérez (Sevilla, 1971), fotografia­da con motivo de esta entrevista.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain