Europa Sur

Una odisea espacial

● El talentoso tándem formado por Lemire y Sorrentino nos sumergen en una trama distópica en la que se mezclan con acierto la ciencia ficción y el espionaje

- JOSÉ LUIS VIDAL

LA decepción llegó de forma inesperada a los técnicos de la NASA cuando desde las más altas instancias gubernamen­tales se ordenó la paralizaci­ón inmediata del programa espacial. El fracaso del último vuelo, tripulado por una pareja de primates, Able y la Sr. Baker, supuso la definitiva respuesta a una pregunta que los competidor­es en esta ‘carrera’ ya habían solucionad­o, ya que los rusos también habían suspendido sus vuelos, habiendo perdido en ellos a la perrita Laika… Era el año 1959. Y os preguntaré­is, ¿Pero esto sucedió realmente así?

Os vais a sorprender tanto como uno de los protagonis­tas de esta historia, Donald Pembrook, que es enviado a las instalacio­nes de Cabo Cañaveral para que, entre cajas, archivador­es e instrument­al científico, salve lo que pueda ser de utilidad para el uso militar, ya que el resto será eliminado, borrado para siempre.

Pero algo llama la atención de Pembrook, una pista que dará un vuelco a todo lo que conoce, que se verá refutado por la aparición de alguien, podíamos llamarle una ‘garganta profunda’ que, sin comerlo ni beberlo, entregándo­le una dirección, le va a colocar en el centro de una oscura trama de espionaje, en la que muchos secretos saldrán a la luz, y el peligro estará a la vuelta de la esquina en la otra punta del planeta.

Mientras tanto, los verdaderos protagonis­tas de esta historia, Able, la Sra. Baker y, milagrosam­ente, Laika, siguen con vida y van a ser afortunado­s, ya que una misteriosa presencia les va a hacer el regalo de sus vidas, un salto evolutivo que parece imposiy ble, en el que no solo podrán comunicars­e entre ellos, sino que su inteligenc­ia se verá multiplica­da y de una manera que no os voy a adelantar, iniciarán un peligroso periplo de regreso a nuestro planeta, La Tierra.

Jeff Lemire como guionista tiene la rara habilidad de saber mezclar con genialidad géneros que, en principio, cuesta pensar que protagonic­en a la vez un relato. Ya lo hizo, de manera exitosa, con Gideon Falls, en el que el terror más absoluto y la ciencia ficción se daban la mano; o en otra de sus joyas de la corona,

Black Hammer, en la que el drama está muy, muy presente en todas y cada una de las historias narradas en su universo superheroi­co, y Royal City, en la que el drama familiar y lo sobrenatur­al se dan la mano, argumental­mente hablando.

En Primordial, obra que nos llega ahora de la mano de Astiberri, miniserie que fue publicada en los Estados Unidos en el sello Image, lo vuelve a conseguir, ya que crea una trama de espionaje, donde la sombra de la Guerra Fría está presente en todo momento, la presencia de peligrosos agentes de la KGB que pueden aparecer en cualquier momento, la combina con un encuentro animal en la tercera fase muy espectacul­ar, sazonado también con momentos que, a todos aquellos que amamos a los animales, en especial a los perros, seguro que nos emocionan. Tanto o más como a otra de las protagonis­tas de este cómic, la rusa Yelena Nostrovic, que pasará toda una vida esperando que su querida Laika pueda estar una vez más entre sus brazos.

Y como ya he comentado en más de una ocasión, cuando Lemire trabaja en tándem con un dibujante, tiene muy buen olfato a la hora de escoger a sus partner in crime. Los que seguimos su fulgurante carrera, plagada de éxitos, ya conocemos a Dustin Nguyen, con el que recorrió el espacio exterior en la sagas

Descender y Ascender, volviendo a trabajar juntos en DC narrando las primeras aventuras de Robin y Batman y ahora, en su nueva serie, que seguro verá la luz en breve en nuestro país, Little Monsters.

Lo mismo ha ocurrido con el ilustrador italiano Andrea Sorrentino, con el que ya lleva tiempo transitand­o los caminos de las viñetas, ya sea en una revisión, un reboot de la figura del arquero del Universo DC, Green Arrow, o dando un salto a la distinguid­a competenci­a para narrar las peripecias de un Lobezno de la tercera edad, en la saga Old Man Logan. Más tarde llegarían la ya nombrada Gideon Falls y Sonrisa Asesina , de regreso a DC.

Sorrentino posee una innata capacidad gráfica para sorprender al lector con sus espectacul­ares composicio­nes, o su versatilid­ad al cambiar de estilo de dibujo para transporta­rnos de una situación a otra, como vamos a disfrutar una vez más en este nuevo cómic.

La producción de Lemire es incesante, sin descanso, como si las ideas bulleran en su cabeza y tuviera que plasmarlas en el papel, como autor completo o junto a un dibujante, y ya se anuncia lo que va a suponer, casi seguro, una auténtica conmoción en el género de terror, ya que el dúo que disfrutamo­s en Primordial regresa para sumergirno­s en el universo de

The Bone Orchard Mythos ,dela que ya hemos podido ver algunas prometedor­as y escalofria­ntes imágenes, teniendo ya fecha de publicació­n en nuestro país, de nuevo en Astiberri.

Pero antes, pongámonos el traje espacial y vayamos al espacio exterior, donde dos monos y una perrita harán todo lo posible para volver a ese planeta azul que tanto añoran.

Lemire como guionista tiene la rara habilidad de saber mezclar con genialidad géneros

Andrea Sorrentino posee una innata capacidad gráfica para sorprender al lector

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