Entre las muertes en el Estrecho y las Spice Girls
● Las reivindicaciones del Campo de Gibraltar el año de la Ryder se repiten un cuarto de siglo después ● 1997 fue el año de Crónicas Marcianas y de la muerte de Diana de Gales ● Los padres de Jon Rahm se cruzaron España para estar en Valderrama
Afortunada o desgraciadamente, 1997 fue mucho más que el año de la Ryder. España quedó marcada por el vil asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA, se produjo el fallecimiento de Diana de Gales en accidente de tráfico y empezaba a crecer Dolly, la oveja más mediática de la historia, por recodar solo algunos de los hechos más significativos.
Pero ¿de qué se hablaba en las calles del Campo de Gibraltar en septiembre de 1997? El fallecimiento de inmigrantes africanos en aguas del Estrecho, las aprehensiones masivas de drogas en el puerto de Algeciras, las malas comunicaciones por carretera, la escasa estructura sanitaria... Si sí, todo eso aparecía en las portadas de Europa Sur de aquel mes. Y 25 años después nada ha cambiado. Demostración inequívoca de que no supo recogerse el agua de la Ryder mientras llovió.
Este periódico también se hacía eco de la pelea chiíta por conseguir que un casino aún en proyecto acabase en suelo de San Roque (donde finalmente se levantó) o Algeciras -Estepona también se postulaba- junto al rechazo de la FIFA a que Gibraltar fuese aceptada como federación independiente. Grupos de residentes se manifestaban contra la instalación del peaje en la Estepona-guadiaro.
Los ciudadanos, que aún contaban en pesetas, vivían los prolegómenos de la inminente boda de la Infanta Cristina y el balonmanista Iñaki Urdangarin (lógicamente en aquel momento libre de toda sospecha) y estaban sobrecogidos por la muerte de Diana de Gales, envuelta en un misterio que continúa sin resolver. También se marchó en aquellas fechas Teresa de Calcuta.
El mundillo musical andaba convulsionado por un lado por el abandono de los escenarios de la mexicana Chavela Vargas y por el desembarco de cinco británicas que bajo el nombre de Spice Girls llevaron hasta límites insospechados la venta de discos. Una costumbre esa de comprar música en físico que casi suena ya de otro mundo.
Los teléfonos móviles eran un proyecto incipiente y cualquier excusa, hasta la propia Ryder Cup, era buena para que Continente (hoy Carrefour) regalase un terminal a cambio del alta. Vía Digital comenzaba a emitir y anunciaba como gran atractivo su oferta de los partidos de la Liga de fútbol. Canal Satélite, cuya instalación se podía conseguir de manera casi gratuita, amenazaba con resolver el asunto en los tribunales. Acabaron fusionándose.
Con todo, el verdadero debate en los bares lo acaparaba el comienzo del pulso entre Pepe Navarro -que había rebautizado su programa nocturno como El Pelícanoy Javier Sardá, que ponía en marcha Crónicas Marcianas supuestamente como una oferta más seria y menos chabacana. Qué cosas.
Por entonces en España había poco más de 100.000 jugadores de golf y 180 campos. Muchas de las 40.000 personas que abarrotaron diariamente el recorrido sanroqueño se asomaban por primera vez a un deporte extraño y ajeno. Entre ellos, Edorta y Ángela. La pareja se cruzó España para acudir por primera vez a un torneo de golf. En casa, en Vizcaya, se quedó el pequeño Jon, que ahora coquetea con ser el mejor golfista del universo. Quién sabe hasta dónde fue responsabilidad de aquel viaje a Valderrama de sus padres.
El Real Madrid conquistó su novena Supercopa Endesa, la quinta consecutiva, al ganar por 89-83 al Barça en el primer clásico del curso tras una prórroga, en una final con alternativas y en la que los blancos reaccionaron en el tercer cuarto de la mano de Llull, con tres triples seguidos, y sentenciaron con un imperial Tavares, clave con 24 puntos, 12 rebotes, cinco tapones y 40 de valoración.
La era Chus Mateo arranca con un título, el primero, como acabó la de Pablo Laso. La cuarta final consecutiva entre ambos equipos comenzó con ritmo y un intercambio de golpes que decía más de los respectivos ataques que de las defensas. En el Barça el pívot turco Sanli, muy acertado ya en la semifinal ganada al Joventut, asumió los galones en el tiro y anotó 11 de los 15 puntos azulgrana en el primer cuarto, que finalizó con 17-15.
El segundo acto comenzó mal tanto para el cuadro catalán (tres tiros libres errados por Kalinic) como para el madridista, pues ambos, muy erráticos, estuvieron dos minutos y medio sin encestar. Ahí, sin embargo, empezó la reacción barcelonista, que remontó con un 0-6 de parcial.
El tiempo pedido por Chus Mateo dio pocos frutos, porque el Barça, ahora más intenso en defensa y atinado en ataque, dominó el rebote y con Kyle Kuric, sustituto del lesionado Cory Higgins, muy entonado, hizo daño a un Real Madrid muy perdido (27-37) para llegar con 29-37 al descanso.
En la reanudación, el Barça mandó en ambas zonas y a pesar de la escasa anotación de Laprovittola salió igual de fuerte hasta alcanzar una máxima renta de 12 puntos (33-45). Pero los de Jasikevicius, quizás por exceso de confianza o falta de acierto, perdieron el rumbo y se fueron derrumbando. Todo lo contrario que el Real Madrid. Musa empezó a tirar del carro y dio un paso adelante, en el momento decisivo para acortar la desventaja (4047).
Los de Chus Mateo siguieron apretando y en una fase de brillantez le dieron la vuelta como un calcetín al choque (55-49). Acabaron los blancos el tercer cuarto con un espectacular 15-0 de parcial ante el hundimiento de un Barça débil física y mentalmente en esta fase, que simplemente se fue del partido, herido por la fuerza de Tavares bajo los tableros y por tres triples seguidos que se sacó de la manga Llull.
En el último parcial Sanli volvió a ser protagonista en ataque y con Kalinic sumando el equipo blaugrana volvió a tomar la delantera con un 0-8 de parcial (58-59). A partir de ahí, marcadores muy igualados, en una horquilla de dos puntos, no más, y empates sucesivos, hasta el punto de que, a 15 segundos del final Tobey machacó el aro blanco (71-71) y forzó una prórroga que empezó movida, pues el Real Madrid se adelantó (73-71) ayudado por una técnica señalada a Jasikevicius.
Sin embargo, Laprovittola siguió asumiendo el mando de las operaciones, como en el último cuarto, aunque asistiendo más que anotando, intimidado por el gigante Tavares. Por fuera sí sumaba y con un triple puso un punto arriba a los catalanes (75-76), diferencia luego enjugada por un Llull enchufado en esta recta final y por un Tavares poderoso (8178). Llegaron un par de empates más, dos tiros libres anotados por Yabusele y un tapón providencial de un agigantado Tavares a Sanli, muy destacado con sus 21 puntos, a 30 segundos del final (8583) y ahí ya los de Chus Mateo no dejaron escapar su noveno título de la Supercopa.