Aragonès liquida al ‘vicepresident’ para zanjar la crisis en el ‘Govern’
● El presidente catalán da un golpe de autoridad y destituye a Puigneró porque no le informó de la cuestión de confianza propuesta por Junts ● El líder de ERC no rompe con su socio
El presidente catalán, Pere Aragonès, compareció pasadas las once de la noche ante los medios tras la reunión de más de tres horas que mantuvo con el secretario general de Jxcat, Jordi Turull, en el Palau de la Generalitat, después de que finalizara, pasadas las siete, la reunión extraordinaria del Govern, convocada por el jefe del Ejecutivo regional para abordar la honda crisis entre los dos socios de coalición.
Lo dijo en una comparecencia en la Galeria Gótica del Palau de la Generalitat después de reunirse primero durante dos horas con el Govern de forma extraordinaria y luego durante tres horas más con el secretario general de Junts, Jordi Turull, para abordar la crisis entre los socios del Ejecutivo. Esto se produce después de que el martes en el Debate de Política General Junts planteara que Aragonès se sometiera a una cuestión de confianza si no concreta cómo cumplir el acuerdo del Govern, y el presidente lo rechazara y emplazara a sus socios de coalición a tomar una decisión “con celeridad” sobre si salen o no del Ejecutivo.
“No me informó de las decisiones de su grupo parlamentario de pedir que me sometiera a una cuestión de confianza”, justificó Aragonès, que pidió perdón a los ciudadanos, en una comparecencia en la Generalitat pasadas las once de la noche. La honda crisis quedó patente anoche entre los dos socios del Ejecutivo.
“El cese es un paso que me duele, pero un paso necesario. Quiero que Junts continúe en el Govern”, aseveró el jefe del Ejecutivo catalán. “El resto de miembros del Govern sí que cuentan con mi confianza”, confirmó Aragonès, manteniendo por tanto a Junts en el Ejecutivo. Aragonès detalló que, de momento, el cargo de vicepresidente del Govern queda vacante hasta que su socio proponga un nuevo candidato. Además, evitó decir cuál fue la reacción de Junts ante el cese de su cargo más alto en el Ejecutivo catalán.
El president hizo hincapié en la necesidad de gobiernos estables en los que haya una confianza que ahora no existe. “Es evidente que aquí las desconfianzas no ayudan a conseguir estos objetivos [de estabilidad]. La ciudadanía necesita gobiernos estables, un Gobierno cohesionado que tenga como prioridad la vida de la gente. Esto no es compatible con una moción de confianza que puede abocar al país a una interinidad durante un invierno muy difícil. Sería irresponsable”, consideró.
El dardo lanzado este martes por el presidente de Junts per Catalunya en la Cámara, Albert Batet, al anunciar que su partido pediría a Aragonès que se sometiera a una cuestión de confianza si no les ofrecía “garantías de cumplir el acuerdo de investidura” aún resuena en el cuartel general de Esquerra Republicana.
El presidente de la Generalitat convocó ayer a las 17:00 a los consellers del Govern y les pidió uno a uno si conocían esta idea de cuestión de confianza. A las 19:10 se reunió con el secretario general de Junts, Jordi Turull, durante más de tres horas antes de comparecer ante los medios.
Asimismo, la presidenta de Jxcat, Laura Borràs, llegó sobre las 22:00 al Palau de la Generalitat mientras aún estaban reunidos Aragonès y Turull. La ex presidenta del Parlament llegó al Palau de la Generalitat segundos después de que saliesen por la puerta principal de la plaza Sant Jaume los consellers de Jxcat, que precisamente se citaron entre las cinco y las siete de la tarde con Aragonès, en una reunión extraordinaria del Govern.
La entrada de Borràs, que hace tándem con Turull al frente de Junts, se produjo veinte minutos después de que Jxcat anunciara el aplazamiento a hoy de la reunión de su dirección que tenía prevista para ayer por la tarde.