Arranca la Feria de Otoño con oreja para Hernández
● Fuente Ymbro, que lidiaba por octava vez este año en Las Ventas, soltó tres novillos con opciones
El novillero alcarreño Víctor Hernández paseó la única oreja concedida en el mano a mano de triunfadores –ambos ya salieron a hombros de Las Ventas esta primavera– que le enfrentó en la tarde de ayer a Álvaro Alarcón en el arranque de la feria de Otoño de Madrid.
Y lo cierto es que esa oreja supo a poco en tanto que en la novillada de Fuente Ymbro –que lidiaba por octava vez en esta temporada madrileña– saltaron tres novillos que dieron opciones para bastante más. Dos de ellos entraron en el lote de Hernández: un primero medido de fuerzas pero de una profunda calidad en sus embestidas y un quinto -que se lidió como cuarto por percance de Alarcón- que, aunque se empleó menos, tuvo un más que potable pitón izquierdo.
Primer festejo de la feria de Otoño, con algo menos de dos tercios de entrada –unos 14.000 espectadores– en tarde agradable.
Se jugaron seis novillos de Fuente Ymbro, de desiguales cuajo y hechuras, tres de ellos deslucidos por su escasa raza, y tres de buen juego, primero, cuarto y quinto, por la calidad y duración en sus embestidas.
Víctor Hernández, de rosa palo y oro: estocada desprendida y dos descabellos (ovación tras aviso); estocada (ovación tras petición de oreja); estocada algo desprendida (oreja).
Álvaro Alarcón, de verde botella y oro: estocada honda (ovación); estocada tendida (silencio tras aviso); pinchazo, estocada delantera desprendida y descabello (silencio).
Alarcón, que fue cogido por su primer, mató a los otros dos de su lote en quinto y sexto lugar tras ser atendido en la enfermería de una cornada en la “cara interna del muslo derecho de 15 centímetros, que afecta a tejido subcutáneo y aponeurosis muscular, y de un puntazo de la cervical derecha, de pronóstico leve”.
Tuvo un auténtico gesto de pundonor al salir de la enfermería para matar a los otros dos novillos de su lote, una vez que el segundo de la tarde, gazapón e incierto, consiguió su propósito de echárselo a los lomos en el único descuido de su valiente e inteligente trasteo.
Marcos Prieto saludó tras banderillear al tercero.