El Atlético deja a Lopetegui al borde
● Llorente y Morata permiten respirar al Atlético a costa de un Sevilla en caída libre e incapaz de reaccionar 0 2 Sevilla Atlético
Sevilla: Bono; José Ángel Carmona, Nianzou (En-nesyri, 67’), Kike Salas (Jesús Navas, 46’), Rekik (Alex Telles, 28’); Gudelj, Delaney (Rakitic, 46’); Lamela, Isco, Óliver Torres (Papu Gómez, 67’); y Dolberg.
Atlético de Madrid: Oblak; Molina (Joao Félix, 87’), Savic, Giménez, Reinildo; Llorente, Koke (Kondogbia, 73’), Witsel, Saúl (Carrasco, 60’); Morata (Griezmann, 60’) y Cunha (Correa, 73’).
Goles: 0-1 (29’) Llorente. 0-2 (57’) Morata.
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (vasco). Amonestó a los locales Isco, Delaney y Gudelj y a los visitante Witsel y Joao Félix.
Incidencias: Partido disputado en el Sánchez-pizjuán ante 37.754 espectadores.
El Atlético, con un partido muy serio y efectivo, ganó en el campo de un Sevilla impotente y en caída libre, y con goles de Marcos Llorente, al filo de la media hora, y de Álvaro Morata, cerca de la hora de juego, recupera el crédito y se mete en puestos europeos con un triunfo solvente e incontestable en el Ramón Sánchez-pizjuán.
Los rojiblancos mandaron siempre en el partido ante un Sevilla sin ideas ni alma, que vio agudizada su crisis y despedido con pitos por su afición, un dominio que el Atlético trasladó al marcador con los goles de Llorente en el 29, tras una pérdida local en un saque de banda y un centro de Koke, y de Morata, en el 57, al aprovechar un saque de puerta de Oblak, la presión de Cunha para forzar el fallo de la zaga local y su acierto en el mano a mano ante Bono.
Era un choque de urgencias entre dos equipos de Champions situados bajo la lupa, muy exigidos, por un mal arranque liguero compartido, en especial el Sevilla de Julen Lopetegui, muy cuestionado y que salvó tres bolas de partido en sus últimos partidos, todos fuera (Espanyol, Copenhague y Villarreal), pero aún en el disparadero.
Con parecida necesidad acudía el Atlético a Nervión, con mejores resultados (séptimo frente al decimoquinto puesto de un desconocido Sevilla), pero en horas bajas, con dudas y con Diego Simeone también discutido y criticado, por lo que era un duro examen, lleno de presión, tanto para ambos equipos como para sus técnicos.
Y Lopetegui y Simeone, también condicionados por la ausencia en este parón de sus muchos internacionales, buscaron la reacción renovando sus onces. No les tembló el pulso. El vasco hizo cuatro cambios: el galo Nianzou de central, el neerlandés Rekik de lateral, el danés Delaney en la media, el argentino Lamela de extremo y el danés Dolberg, titular por primera vez,
Diego Simeone Entrenador del Atlético
Hemos vuelto a jugar en equipo en un estadio en el que hacía varios años que no ganábamos”
en punta. El argentino fue un punto más allá, con 6 novedades. Volvió a una zaga de cuatro y pudo alinear juntos a Savic y a Giménez.
El Sevilla salió fuerte, con intensidad, pero sin apenas profundidad ante un Atlético que nunca perdió el sitio. Los de Lopetegui, con Lamela, Isco, Óliver Torres o Dolberg, lo intentaban, pero sin claridad ni peligro, mientras que el incombustible Koke mandaba y se asociaba bien con Llorente, y
Cunha, muy activo, inquietaba a los locales con su velocidad.
Fue tras un saque de banda sevillista y una pérdida. Un cambio de juego de Koke que Llorente controló para quebrar a Alex Telles, que acababa de entrar por el lesionado Rekik, y marcar el 0-1 con un preciso tiro cruzado.
Tras el descanso, Lopetegui movió el árbol y pasó a una zaga de tres con la entrada de Jesús Navas y Rakitic. Pero nada cambió, el Atlético siguió con su dominio, sin pasar apuros por su férrea y acertada defensa, y asustando de vez en cuando. Como un martillo pilón; sin prisas, pero sin renunciar a hacer daño al rival.
El Sevilla se volcó en pos del empate, pero sin ideas, ni magia ni alma ni efectividad, jamás encontraba el rumbo para poner en apuros a un conjunto colchonero superequilibrado, con las ideas muy claras y que siguió a lo suyo.
Así, Morata amplió la renta al aprovechar un saque de puerta de Oblak y que Cunha, implicado e incisivo siempre, le ganó el balón a Carmona para que el internacional madrileño batiera por alto en el mano a mano a un Bono absolutamente vendido.
Ahí se acabó el pleito, pues el Sevilla, impotente e incapaz de superar el sólido y serio entramado del Atlético, quiso dar un paso adelante, pero sin fuerza ni potencial ofensivo para hacer nada en medio del enfado de su afición.
Cunha, Correa y en un par de acciones Griezman pudieron marcar de nuevo. Como contrapartida, un pobrísimo balance del Sevilla, un testarazo del marroquí En-nesyri y al que replicó con un paradón Oblak. Al final, 0-2 y de nuevo bronca y pitos generalizados del sevillismo.