La frontera, un antiguo polvorín con aire espectral
● El Covid hace desaparecer a los soldados norcoreanos de la JSA
La creciente tensión que se respira en la península coreana contrasta con el aire espectral de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), corazón de la militarizada frontera donde soldados de ambas Coreas se solían ver las caras hasta que la pandemia hizo esfumarse a las tropas norteñas.
Indiferentes a esa cicatriz que sobre el terreno divide a los coreanos desde hace siete décadas, las bandadas de patos del Baikal comienzan a sobrevolar, en busca de humedales más cálidos al sur, la Zona Desmilitarizada (DMZ). El acceso a este área desde el sur se cerró tras el Covid y solo desde este verano se han comenzado a autorizar las visitas.
Pocas horas antes de llegar a Camp Bonifas, última base con presencia estadounidense antes de la frontera, Pyongyang lanzó un misil balístico que sobrevoló Japón por primera vez en cinco años. Pero eso no cambia las cosas para la gente de Camp Bonifas, cuyo lema es algo así como
un enunciado de la Guerra Fría que sigue vigente cada día.
Desde Bonifas se toma la carretera que se adentra en la DMZ, el área de 250 kilómetros que sirve para cortar en dos la península y que está partida por la Línea de Demarcación Militar (MDL).
Tras recorrer la DMZ, se alcanza la JSA, para muchos el corazón de la frontera y epítome del enfrentamiento militar entre Corea del Norte y el bloque formado por surcoreanos y estadounidenses. Sin embargo, ese tenso contacto visual que antes tenía lugar entre las barracas de la llamada Vía de las reuniones, donde ambas partes celebran encuentros de trabajo, hoy es inexistente.
La extrema paranoia con la que el régimen aún afronta la pandemia ha hecho desaparecer a sus soldados desplegados en la JSA. “Ahora ni siquiera salen de Panmungak”, explica el teniente coronel estadounidense Griff Hofman, que dirige la visita para los medios, en referencia al principal edificio norcoreano que hay en el lado norte de Vía de las reuniones y por cuyos escalones descendió Kim Jong-un antes del simbólico apretón de manos con Trump o Moon sobre la mencionada MDL.