UN FRANKENSTEIN MUY ENTERO
PEDRO Sánchez va a durar más que tres primeros ministros italianos juntos: Guiseppe Conte, Mario Draghi y Giorgia Meloni, que es la que llega ahora. Cuando le ganó la moción de censura a Mariano Rajoy, Theresa May gobernaba en el Reino Unido, después le sucedió Boris Johnson y ahora está a punto de caer antes de levantarse Liz Truss. Desde 2015, España no aprobaba tres presupuestos generales de modo consecutivo, y el Gobierno de Sánchez lo ha conseguido con el obstáculo añadido de ser presidente del primer Ejecutivo de coalición desde la Transición. El Frankenstein es un popurrí, pero está entero y aguanta como el granito, roca formada –no sé si lo recordarán– por tres componentes bien conjugados entre sí: cuarzo, feldespato y mica.
Pedro Sánchez no es un presidente popular, no levanta simpatías, pero la mayoría sobre la que sustenta su Gobierno –su legitimidad– es mayor que la del bloque de las derechas, que lleva unos cuantos meses en la celebración del resultado de las elecciones generales de 2023. No es la primera vez que le dan por muerto. O por fugado, porque el cuento de los mentideros madrileños, ésos que aciertan las mismas veces que se equivocan, sostiene que Pedro Sánchez no se presentará a las próximas elecciones. Es posible,
Montero conoce el mundo de las izquierdas de más allá del PSOE mejor que ellas mismas, ya lleva tres Presupuestos
pero ésa no es la agenda con la que ahora trabajan en La Moncloa. Si algo no soportaría el PSOE serían otras elecciones primarias.
El proyecto de Presupuesto que acaba de presentar la ministra María Jesús Montero es expansivo por electoralista, pero lo cierto es que la crisis apocalíptica en la, supuestamente, estamos sumidos es de lo más extraña, porque no contrae el PIB, sino que lo incrementa. Menos de lo previsto, es cierto, pero no es negativo. 2022 cerrará con algunas décimas sobre el 4%, lo que no está nada mal para las descripciones dantescas que se escuchan todos los días. La recaudación marcha a velocidad de crucero, entre otras razones porque el mantenimiento de las rentas que el Gobierno y Bruselas diseñaron para la pandemia sigue dando sus frutos.
Hay pulsión de cambio, parece que se atisba el fin de ciclo, Feijóo roza La Moncloa, pero muchos agoreros han dado por roto a este Gobierno desde el principio. María Jesús Montero, y ése es el mérito que le reconoce Sánchez, conoce el mundo de las izquierdas de más allá del PSOE mucho mejor que ellas mismas. Siempre ha sido una observadora externa, casi está en su misma piel. Sí, como sostiene Emiliano García-page, pueden ser malas compañías, pero de momento no han abandonado.