Militao salda una deuda
● El Real Madrid se impone sin brillo en Getafe y recupera el liderato
Sin alardes y con poco brillo, el Real Madrid sacó adelante un partido complicado en el Coliseum Alfonso Pérez, donde ganó 0-1 con un tanto de Éder Militao, redimido de uno de los pocos pecados que cometió el pasado curso: si el central brasileño provocó la derrota de su equipo en el campo del Getafe, un año después enmendó su error para dar tres puntos a sus compañeros.
A una semana del clásico, Militao se erigió como el héroe de un partido plomizo, espeso y algo preocupante para el Real Madrid, que parece que en la Liga ha bajado sus prestaciones tras empatar la anterior jornada ante Osasuna. De nuevo, pese a la victoria, la falta de verticalidad fue alarmante y que un central acabara con la incertidumbre fue un mal síntoma.
Fue mérito de Militao neutralizar el clásico partido del Getafe, encerrado atrás, sin dejar huecos y con salidas eléctricas para sorprender a un rival superior. En concreto, tardó cuatro minutos para elevarse por encima de toda la defensa del conjunto azulón y abrir el marcador con un cabezazo imperial a la salida de un córner lanzado por Luka Modric. Su acierto obligó a sus rivales a jugar a otra cosa. El Getafe, ya no podía especular. Tuvo que abrirse sí o sí, la derrota no valía y Militao, con su particular venganza, desmanteló de un plumazo el planteamiento de Quique Sánchez Flores.
El de Ancelotti salió perfecto. La mejor noticia que se puede dar en el Coliseum ocurrió. Ponerse por delante en un estadio complicado siempre da tranquilidad. Y, más si en tu apuesta inicial, apuestas por dar descanso a algunos jugadores. En esta ocasión, Kroos y Mendy, empezaron el duelo en el banquillo. Rüdiger apareció por el centro de la defensa, Alaba se desplazó al lateral izquierdo, Modric reapareció en un once tras su lesión y entró Rodrygo por Benzema.
El Real Madrid dominó casi por completo el primer acto. Sólo le faltó puntería para aumentar su renta antes del descanso. Con un juego plano, pero suficiente para no pasar apuros, pudo marcar por medio de Vinícius, Modric y Valverde, pero sus intentos se marcharon por encima del larguero.
El Getafe apenas inquietó al Real Madrid en la primera mitad. El único que lo intentó fue Angileri, con un disparo que estuvo a punto de rematar a la red Borja Mayoral. No llegó al área más veces.
El paso por los vestuarios trajo aires renovados para el equipo de Quique. Aunque se llevó un susto justo al inicio con una triple ocasión de Rodrygo, Tchouameni y Modric que salvaron entre Duarte y David Soria, el Getafe cambió de marcha para buscar el empate.
Rápidamente, contestaron Aleñá y Duarte, con un par de intentos desde fuera del área. Uno lo sacó Lunin y el otro se marchó cerca del palo derecho de la portería defendida por el meta ucraniano. Se olía la opción de un posible susto como el del curso pasado. En la pelea con el Barça, cada punto perdido va a ser oro.
Cuando pudo cerrar el marcador el Madrid, el VAR apareció para acabar con la incertidumbre. Como en la primera parte, cuando anuló un penalti cometido sobre Vinícius, intervino para anular por fuera de juego un tanto de Rodrygo. Y, así, sin el resultado cerrado, el Real Madrid llegó a la última media hora. Todo podía pasar. Cualquier cosa era posible. Sin embargo, el Getafe se contagió del juego timorato del equipo de Ancelotti y se fue con una derrota gris marcada por la venganza de Militao. El equipo de Ancelotti cumplió y ya piensa en el clásico.
El brasileño marcó de imperial cabezazo pronto y desmontó el plan de Quique Flores