De vergüenza
La oligarquía política (ya sabemos que los políticos en general pertenecen a una misma clase social: nacen, se desarrollan, crecen y mueren para ello), con la última subida de sus sueldazos, han traspasado los límites de la vergüenza. Cuando millones de españoles están perdiendo su capacidad adquisitiva, sufren con lo exiguo de los sueldos y pensiones mínimas, la oligarquía política no se avergüenza y no se les ocurre otra gracia que autosubirse los sueldos en torno a un 7%. Ya sé, es difícil de digerir. Lo repito otra vez: los miles de políticos y altos funcionarios, ya sean del ejecutivo, del judicial o legislativo, o comunidades autónomas, o diputaciones, o ayuntamientos, asesores, presidentes de empresas públicas, cargos directivos de grandes corporaciones, ejecutivos de las grandes empresas privadas compartidas o no con el Estado (donde han ido evacuando a los políticos que se han quedado en la cuneta...), los que cobran en torno a los 60.000-100.000 euros anuales se autosuben el sueldo sin ningún pudor o vergüenza. Hablamos de gobiernos de izquierda, de derecha y de centro, de todos. Cuando estos mismos políticos expresan que su programa electoral y la ley de presupuestos está encaminada a reducir diferencias entre ricos y pobres, que cada vez el rico sea menos rico y el pobre sea menos pobre, etcétera, ellos se suben el sueldo un 7%. Y yo me quedo paralizado, sin palabras... No sé qué decir y escribo estas líneas y, una vez más, no entiendo cómo tanta indolencia de este país hace que el humilde no salga a la calle y reviente. Tomás Rosa Castejón