EEUU Y LA EUROZONA EN LA ANTESALA DE LA RECESIÓN
LAS perspectivas socioeconómicas globales continúan deteriorándose de forma sostenida a medida que se consolidan y ganan protagonismo los riesgos que han marcado los últimos meses. En este sentido, la guerra en el continente europeo ha intensificado las presiones inflacionistas observadas a partir de 2021, especialmente ante el agravamiento de la crisis energética y el significativo incremento de los precios de los alimentos, hasta situar las tasas de IPC en las economías avanzadas en máximos.
Un entorno de precios que ha obligado a sus bancos centrales (excepto Japón) a intensificar el tono restrictivo de su política monetaria con el objetivo de controlar la inflación, anclar las expectativas de los consumidores y del tejido empresarial y evitar los efectos de segunda ronda. Todo ello en un contexto en el que ha destacado el mayor ritmo de subidas de tipos de interés adoptado por la Fed desde la década de los 80, que se ha traducido en una fuerte apreciación del dólar y en un mayor endurecimiento de las condiciones financieras a nivel mundial, especialmente para las economías emergentes que presentan mayores desequilibrios presupuestarios.
De esta forma, la combinación de unas elevadas tasas de inflación, el repunte de los costes de financiación y los elevados niveles de incertidumbre han provocado un acusado deterioro de la confianza del sector privado ante la pérdida de renta disponible y la erosión de los márgenes empresariales. Una circunstancia que ante la falta de visibilidad sobre cuál será el escenario y las consecuencias finales de un invierno en Europa, o cómo evolucionarán las tensiones inflacionistas tras los negativos datos de septiembre sitúan a EEUU y a la Eurozona en la antesala de la recesión.
La persistencia de la inflación en máximos sigue erigiéndose como uno de los principales factores que condicionan a la baja las perspectivas de crecimiento económico en las economías avanzadas. Tras confirmarse que el repunte de los precios de la Eurozona alcanzó un 10% en septiembre, en EEUU los datos del pasado mes muestran una ligera moderación del crecimiento interanual del IPC a un 8,2%. Sin embargo, la tasa del IPC subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía por su carácter más volátil, se aceleró hasta su mayor nivel en los últimos 40 años (6,6%).
La moderación de la inf lación general se apoyó fundamentalmente en la bajada de los precios de la gasolina a lo largo del mes, una tendencia que no se ha consolidado. En contraste, la mayor parte del resto de productos de la cesta de la compra se encarecieron, destacando los alimentos, los alquileres y los servicios.
En este contexto, tanto el BCE como la Fed continúan trasladando la necesidad de seguir con el actual ciclo monetario para controlar la inflación y evitar efectos de segunda ronda.
Analista de renta variable de Singular Bank
La compañía fabrica envases de vidrio para bebidas y comida, representando una de las 5 empresas más importantes de Europa en un sector muy concentrado. Su cuota de mercado en España es del 45% y del 15% en Europa, destacando entre sus principales clientes fabricantes de cerveza, zumos, licores, vinos, aceites, vinagres y conservas.
El negocio es muy intensivo en materias primas, concretamente el gas, su principal input para mantener en funcionamiento los hornos. Los elevados niveles de inflación han tenido un impacto importante en sus márgenes ebitda, que han pasado de 28% al 17% en los 6 primeros meses del año. Una tendencia que ha cambiado ya en el segundo trimestre al comenzar a trasladar los mayores costes de producción a los clientes. Esta normalización progresiva de los márgenes debería traer consigo una mayor generación de caja y llevar los niveles de endeudamiento por debajo de 0.5x deuda neta ebitda en 2023.
Este líder de mercado opera en un sector que debería ganar mayor protagonismo, reduciendo el consumo de plástico en favor de los envases de vidrio.