“Los españoles conocemos nuestra historia poco y mal”
BERNABÉ JOSÉ MOHEDANO Escritor
–¿Por qué apostó por el bajo Imperio romano?
–Principalmente responder al enigma histórico que me propuso Berenice Galaz, mi editora en La Esfera. ¿Cómo podía ser posible que Materno Cinegio, el dueño de la villa de Carranque, un alto funcionario de la corte del emperador hispano Teodosio que moría justo antes de ser cónsul y era enterrado con honores imperiales en la Iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla, fuera exhumado y traído en procesión más de 3.500 kilómetros por su viuda Achantia hasta Toledo? Buscando dar respuesta a esta pregunta y según fui investigando sobre el personaje y la época, descubrí una historia que merecía ser contada.
–¿Cuánto tiempo empleó en documentarse?
–La obra me ha llevado tres años y he acudido a todo tipo de fuentes, la mayoría académicas. Destaco dos: La Historia Romana, de Amiano Marcelino, la principal fuente de la época, y Por el ojo de una aguja, de Peter Brown, una disección costumbrista y de personajes del bajo Imperio.
–¿Cómo definiría a su protagonista, Cinegio?
–Como hombre de la máxima confianza de Teodosio y quien trató de ordenar los asuntos religiosos del oriente del Imperio. Éste no es un tema menor. Hablamos de finales del siglo IV con una Iglesia pujante sobre el ocaso del paganismo y un cristianismo dividido entre nicenos o católicos y arrianos, aunque con muchas otras facciones como donatistas o maniqueos, y también entre los centros de poder con Roma buscando erigirse como el principal núcleo frente a Alejandría o Antioquía. Es Teodosio quien da preminencia a los católicos romanos. Es en esa época y bajo su mando, en el 381, en un Concilio en Constantinopla organizado por Cinegio, donde se crea el Credo que hoy se reza. –¿Por qué es importante el imperio de Teodosio?
–Primero y principalmente por el aspecto religioso que mencionaba anteriormente, al expulsar de la Iglesia como herejes a los que no siguieran el Credo niceno. Pero es que, además, políticamente, él es, en cierto modo, el inventor del feudalismo al otorgar el primer foedus a los visigodos para que se asentaran dentro del Imperio,
en la Dalmacia, y le ayudaran a defender la frontera del Danubio. También es el último emperador que ostenta el poder absoluto en Roma y que lo divide en Oriente y Occidente, al separarlo para siempre en la herencia de sus hijos Arcadio y Honorio.
–¿Puede afirmarse que la incorporación de los hunos y godos al ejército romano precipitó el fin de esta civilización? –Yo no me atrevería a decir tal cosa. Teodosio llega al poder en un momento tremendamente complejo. Integrar a godos y hunos en su ejército fue una cuestión de supervivencia que, además, le permitió alzarse con el poder en el Imperio derrotando a Máximo, otro emperador hispano que ostentaba el poder en Occidente. Por algo su apelativo es el Grande.
–¿Cómo compagina la literatura con el mundo de las finanzas?
–La verdad es que son mundos distantes. Yo soy un hombre de comunicación y de letras en un mundo de números.
–¿Alguna vez ha pensado en abordar otros ámbitos de la literatura que no sea el histórico?*
–Alguna vuelta le he dado, pero no tengo ningún proyecto concreto a corto plazo. Mi mujer suele decirme, en tono de broma, que más me valdría escribir sobre el Real Madrid que sobre el siglo IV. –¿Los españoles conocemos bien nuestra historia? ¿Existe aún complejo con la leyenda negra de nuestro país?
–No es fácil conocer bien nuestra historia por su riqueza casi infinita. Fíjese, acotándonos a Roma, hablábamos de Teodosio y su crucial importancia, ¿cree que el gran público lo conoce pese a ser hispano? Pero es que, además de conocerla poco, la conocemos mal, acomplejándonos cuando deberíamos estar orgullosos. En gran medida esto viene por la leyenda negra, pero también por esa manía de confundir el amor por la historia propia con una determinada corriente política. Gracias a Dios, parece que vamos sacudiéndonos estos complejos y cada vez veo más iniciativas recuperando pasajes o héroes olvidados de nuestra historia.
–¿Ha pensado ya en una época histórica para su próxima novela?
–Tengo un par de ideas, pero todavía no me he decidido. Una precisamente tiene mucho que ver con el punto anterior. En cualquier caso, quiero estar seguro de esa opción, previendo que estaré otros dos, tres o cuatro años peleándome con ella.
–¿Si tuviera que basar una novela histórica en la época actual, en qué personaje se inspiraría?
–No estaría mal Elon Musk si es que sigue adelante con su proyecto de Marte, aunque para ver eso tendré que vivir 100 años. Firmo.
Existe la manía de confundir el amor por la historia propia con determinada corriente política”