“El PSOE es otro partido, echo de menos el anterior”
ALFONSO GUERRA. EX VICEPRESIDENTE DEL GOBIERNO ● Afirma que España “cambió absolutamente” tras ganar los socialistas en 1982 ● Lamenta que la política se ha hecho muy hostil, arremete contra las primarias y desea el regreso del bipartidismo
En vísperas del cuarenta aniversario de la victoria socialista en 1982, el ex vicepresidente Alfonso Guerra (Sevilla, 1940), que también fue vicesecretario general del PSOE entre 1979 y 1997, repasa algunos de los acontecimientos vividos en aquellos años y la situación política actual. –Recién estrenado el primer Gobierno socialista dijo usted que a España no la iba a reconocer ni “la madre que la parió”. ¿Cómo ha cambiado España y cómo cree que será en los próximos años?
–España cambió muchísimo, en los diez primeros años de gobierno socialista cambió absolutamente. Por ejemplo en las infraestructuras; cada dieciocho días se hacía el mismo número de kilómetros de autopistas que se hacían antes en un año. Cuando llegamos había seis millones de españoles que no tenían derecho a la Seguridad Social y lo tuvieron; tres millones de españoles que no tenían ninguna pensión y la tuvieron, y 1,5 millones de niños sin puestos escolares y también se resolvió. Hicimos que la economía fuera productiva. Todo lo cambiamos muy rápido, la democracia se consolidó y el gobierno se hizo autónomo respecto al ejército, la iglesia, los empresarios. El Gobierno tenía su plan y lo iba a llevar a cabo, Y, en diez años, el país cambió. –¿Qué ha cambiado en el PSOE? –Es otro partido, echo de menos el anterior. Los políticos tienen hoy otra visión de las cosas. Es verdad que la política se ha hecho muy hostil y hay que entrar en ella con traje de buzo porque eres sospechoso desde el primer día, pero esa teoría de que “todo empezó conmigo” es una teoría muy extendida en los partidos políticos... Y luego está el asunto,
que yo creo más grave, de las elecciones por medios plebiscitarios, eso que llaman primarias, que va a ser la ruina de todos los partidos democráticos.
–¿Qué queda, si es que queda algo, del tándem Felipe González-alfonso Guerra?
–Bueno, aquello funcionó muy bien y dejó de funcionar. Yo espero que lo que quedara es nostalgia del pasado y la amistad, que no tiene por qué desaparecer. Por lo menos, yo mantengo la amistad, aunque no hablamos a menudo porque Felipe está en otro espacio, está mucho tiempo en Latinoamérica, pero cuando tenemos ocasión, pues bien. –¿Cómo ha cambiado Alfonso Guerra en estos cuarenta años? ¿Ha cerrado las heridas producidas en tantos años de brega política?
–Yo no recuerdo tener heridas de la política. Yo tengo un carácter un poco escéptico, soy muy ejecutivo,
me gusta comprometerme con las cosas y hacer las cosas bien, pero no me dejo la piel emotivamente.
–¿Diría que es ahora mejor persona?
–Soy más tolerante, yo antes era más intransigente con los demás.
–De todos los acontecimientos que se produjeron en aquella época, ¿cuáles fueron, a su juicio, los más notables?
–Desde mi punto de vista, lo más importante, que es una cosa que no se ve pero que supuso un cambio radical, fue la igualación entre el mundo urbano y el mundo rural; hoy no hay pueblo que no tenga Casa de Cultura, centros de día para los ancianos, piscinas, polideportivos.
–¿Fue el GAL el mayor error de aquellos años?
–El GAL no fue un error, fue una desgracia, algo que perjudicó muchísimo a la lucha antiterrorista, pero el Gobierno no tenía responsabilidad de eso.
–¿Ha pasado el tiempo de los llamados partidos emergentes?
–Aquí había un sistema que llamaban bipartidismo imperfecto. ¿El Parlamento que hay ahora es mejor que aquel bipartidismo? No lo creo. Afortunadamente esos partidos están cayendo; el caso de Ciudadanos es muy evidente, (Albert) Rivera se equivocó totalmente cuando cambió su apoyo que tenía con el PSOE en algunos lugares por el apoyo al PP, y Ciudadanos está a punto de desaparecer. Podemos entró con mucha fuerza y hoy tiene muy poca y está fragmentado en una serie de franquicias. Por contra, Vox, que es más tardío, tiene una cierta fuerza, pero es verdad que ahora parece que el PP le está arrebatando un número de diputados, o sea que van un poco en decadencia. Aun sin querer, la sociedad puede volver, ojalá, al bipartidismo. Podría darse el caso, pero los políticos no quieren, yo creo que se equivocan, sería bueno que volviera el bipartidismo. –¿Comparte la idea de que Pedro Sánchez está haciendo una política inteligente en relación con Cataluña?
–En Cataluña, han ido durante cuarenta años haciendo nacionalismo en la Administración, los medios de comunicación, la educación; han educado durante cuarenta años a una sociedad contra España y ahora, después del intento de rebelión, ven que han fracasado y están pataleando a ver cómo sacan la cabeza. No es que la situación ahora esté menos radicalizada, es que se han encontrado con un muro. Están lamiendo sus heridas todos los días, pero la retórica es la misma. Ya inventarán alguna cosa que nos sorprenda. Ya lo verán.