Los médicos prevén extirpar el tumor a Oliver la semana que viene
● El niño será sometido a una intervención hoy para tratarle el líquido en el cerebro
Oliver, el pequeño con un tumor cerebral, ingresó el miércoles en el Hospital San Joan de Déu de Barcelona. Tras someterse a todas las pruebas pertinentes, está previsto que hoy los médicos le practiquen la primera intervención para controlarle la hidrocefalia (acumulación de líquido en el cerebro). Si bien, no será hasta finales de la semana que viene cuando le extirpen –total o parcialmente– el tumor, según informó ayer el centro sanitario en un comunicado.
Desde que el menor de dos años y medio llegó al hospital, se le ha tratado con corticoides, rehidratado y administrado nutrición para reducir la “extrema fragilidad que presentaba en el momento del ingreso”, según informó La Vanguardia. Hoy será intervenido para implantarle una válvula de derivación ventricular peritoneal con el objetivo de tratar su hidrocefalia y controlar la hipertensión intracraneal.
La operación para el tumor que padece se llevará a cabo cuando “el paciente esté preparado para afrontarla”, por lo que los profesionales estiman que podría ser a finales de la próxima semana. A continuación, los especialistas analizarán el tumor “para diseñar el tratamiento oncológico más adecuado”, aunque confirman que se trata de una masa “muy agresiva” y localizada en el trono cerebral.
El pasado 13 de octubre, los padres de Oliver –malagueños afincados en México– lo llevaron al hospital en Cancún tras notar que le costaba andar, estaba apático, débil y había perdido el apetito. Allí le realizaron varias pruebas diagnósticas que concluyeron que tenía un tumor cerebral en la fosa posterior y también hidrocefalia, es decir, acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. El estado de Oliver empeoró notablemente en cuestión de días, hasta el punto que dejó de comer, hablar y caminar, por lo que el pasado miércoles le extrajeron de urgencia el líquido que presionaba su cerebro y le hacía perder funciones cognitivas. En los últimos días, ha estado más animado y ha recuperado cierta movilidad, según ha contado su padre a este periódico, pero el tumor, que “es muy grande y está muy cerca del tronco encefálico”, sigue estando ahí y urge operarle para evitar que se extienda.
El hospital mexicano en el que estaba ingresado Oliver les explicó que era un tumor tipo 3, muy agresivo, que estaba en el tallo cerebral y no se atrevía a extirparle el tumor; le daba “entre quince días y un mes de esperanza de vida”. Desde entonces, los padres del pequeño comenzaron una carrera de obstáculo y a contrarreloj para trasladar a su “enano” –así se refiere a él su progenitor–.
Tras difundir el caso del pequeño en redes sociales, el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona se puso en contacto con la familia y se ofreció a valorar a Oliver y a realizar la operación. Para hacerlo posible, un empresario español se ofreció a pagar los 196.400 euros que ha costado trasladar a Oliver en un avión medicalizado desde Cancún hasta Barcelona.
Aunque en el camino se han producido contratiempos, el pequeño ya se encuentra en las mejores manos para ser tratado y su familia está optimista. Su deseo es que el pequeño Oliver “se recupere y que se ponga bien”, destacaba este miércoles emocionado.
Sobre el “ángel de la guarda” que ha hecho posible el traslado de Oliver hasta Barcelona en un avión medicalizado, Alejandro explica es una persona que quiere mantener el anonimato y que, desde el pasado sábado, ha estado “minuto a minuto” al lado de la familia, para analizar e ir solucionando todas las trabas que se han encontrado para poder salir de México cuanto antes.