Europa Sur

“Es canallesco cortarle la luz o el agua a quien no puede pagar”

● En 1996 convirtier­on una tragedia familiar en un homenaje lleno de vida y dedicación a los más necesitado­s ● En 25 años han repartido 3,12 millones de euros y atendido a 2.287 personas

- J. M.

Nadie diría que José Cuadrado Vergara, Pepe Cuadrado, ha cumplido ya los 80. “Y aquí estoy todavía, al pie de cañón”, dice entre risas en la sede de la Fundación Dora Reyes, en la calle Osorio. En esta ocasión concertamo­s la entrevista con él como vicepresid­ente. Pero nos espera acompañado de su esposa, María Reyes Giménez, Mari Reyes, de 76 años, hermana melliza de Dora y presidenta de la entidad.ella dice preferir quesea su vicepresid­ente quien haga de portavoz, pero deja claro que intervendr­á siempre que lo es time necesario para aclarar o a portar datos. “Ella es el poder legislativ­o y yo el ejecutivo”, dice Pepe con guasa. “Él es el optimista y yo la realista”, dice Mari. Lo cierto es que juntos componen un tándem perfecto en entrega, generosida­d y eficacia. Un ejemplo excepciona­l de vida en común dedicada a los demás, a los más vulnerable­s. Así que por eso, a lo largo de esta entrevista, que en realidad es una entrevista a dos, las palabras de Mari aparecerán entre corchetes enriquecie­ndo el relato de Pepe. Seguro que nos lo perdona.

María y José tienen cuatro hijas y dos hijos entre los 40 y los 56 años. Él estudió en San Felipe Neri. Ella en el Torre Tavira. Luego Pepe se hizo perito mercantil. Su primer trabajo fue en Almacenes La Riojana, un negocio que tenía su padre con unos socios. Luego, con cinco hijos y el sexto ya de camino, se presenta a unas oposicione­s a la Caja de Ahorros de Cádiz y las saca. “Aquello me solucionó la vida. Entonces en una caja de ahorros se trabajaba un montón, pero también se ganaba dinero”. Al segundo año ya ascendió a oficial de primera. “Tenía cinco hijos detrás y había que sacar aquello adelante”. Quedó el primero en unas pruebas internas. “Luego fui jefe de la Caja General de la entidad. Repartí muchísimos miles de millones de pesetas en un año. Después estuve en un centro de autorizaci­ones que se creó para dar préstamos, de estos light de 50.000 o 60.000 pesetas. También dimos un montonazo de millones”.

–¿Cómo nace la Fundación? –Cuando desgraciad­amente fallecedor­a, hermana de mi esposa, en un accidente de tráfico. Iban a la Virgen de Regla, a Chipiona, con el padre José Luis Salido y Pilar, una señora que atendía mi cuñada... El padre José Luis, franciscan­o él, que falleció hace tres o cuatro años, fue quien dijo: “¿Por qué no creamos una fundación?” Porque Dora era una institució­n en Cádiz, toda una institució­n...

–¿Había trabajado antes en alguna otra organizaci­ón de ayuda a las personas más vulnerable­s?

–Sí, yo he trabajado muchísimo en Manos Unidas, en sus Campañas contra el hambre en el mundo. Llegué a hacer 1.200 socios en toda la provincia, hasta el punto que tuvimos que derivar a muchos a Madrid... Se quedaron asombrados porque en total en España Manos Unidas tenía 18.000 socios... [Nosotros teníamos entonces un pilar fundamenta­l, que fue que el padre José Luis tenía la Fundación Alvernia y ya sabía como crearla. Y también estaba la Fundación Fragela, a cuya constituci­ón contribuyó muchísimo Dora. Él nos enseñó cómo debía hacerse toda la tramitació­n legal y fiscal]... Dora falleció el 1 de junio de 1996, con 50 años, y nosotros empezamos a funcionar en septiembre de ese mismo año... Yo estaba de cajero central de Unicaja y cuando me pedían las sacas de las oficinas, yo aprovechab­a para decirle a los directores: “Quillo, que te mando un formulario, a ver si me lo mandas relleno”... Tenía unas conexiones muy buenas para hacer socios... –¿A qué personas comenzaron a atender entonces?

–[Era gente a la que ayudaba mi hermana. Esa fue la semilla. Unas se lo decían a las otras y cada vez fueron viniendo más] Eran personas muy necesitada­s... [Lo sabíamos a ciencia cierta porque les pedíamos que acreditase­n su situación con documentos oficiales] Eran familias con hijos. Atendimos a una mujer que tenía doce, una cosa excepciona­l... Eran familias de dos, tres, cuatro, cinco hijos, que no tenían para lo imprescind­ible. Personas jóvenes, de mediana edad y mayores [Todas pasaban por Asuntos Sociales] Desde entonces hemos atendido a 2.287. Y hemos dado en ayudas 3.120.000 euros, a razón de unos 113.000 euros de media en los últimos años (En lo que va de 2022 han entregado ya 96.529,12 euros, 91.150 de ellos en forma de 2.882 ayudas familiares, aunque también han dedicado, por ejemplo, 1.504 euros en pagar facturas de la luz). [Al principio también dábamos alimentos. Teníamos un local en Puerto Chico, en los bajos

de un edificio que estaba en mal estado. Cada vez estaba peor y nos dijeron que allí no se podían almacenar más alimentos. Estuvimos buscando otro local por este sector y como no lo encontramo­s, dejamos de repartirlo­s. Y mira que hay aquí en la calle San Juan hay unos locales vacíos desde hace años...]

–¿Y todo esto lo hacen a pulmón o con alguna ayuda pública?

–Al principio empezamos a hacer socios, socios, socios... El primer año ya teníamos ochenta y tantos, el segundo eran ciento y pico, hasta que llegamos a tener más de mil. El problema ahora está en que con esto delcov id han fallecido muchos ... eran mayores y han ido yéndose ... Hay otros que económicam­ente ya no pueden oles viene mal... Ahora estamos en unos 750, que aportan todos los meses unos 10.000 euros, que re partimos entre la gente ... hay socios de cien euros, otros ponen menos y otros bastante más [Antes organizába­mos una cena benéfica en los claustros del Convento de San Francisco, pero aquello se cortó... Muchas de las personas que llevaban mesas, o han fallecido o ya son muy mayores... También hacíamos una comida en El Sotillo: íbamos las mujeres vestidas de gitana a bailar y se recaudaba un dinero que nos venía muy bien, que era como un colchoncit­o. También organizába­mos otras actividade­s, pero el grueso siempre lo han puestoloss­ocios].

–Imagino que a casa llegan con la preocupaci­ón por muchos casos ¿cómo se sobrelleva eso?

–Ufff, no veas... Cuando no podemos hacer frente al pago de la factura de la luz de alguien a quien se la van a cortar a mí es cuando me entra la depresión ... me angustia el no poder hacer nada... [Yo siempre le digo a Pepe que si no hemos podido con algún caso, hay otros 345 con los que sí. Y siempre hay que ver la botella medio llena, no medio vacía... Pero esto no lo llevamos nosotros solos, con nosotros trabajan como voluntario­s más gente. Está el secretario y tenemos nuestro patronato...]. Esta mañana vino una señora a quien le van a cortar la luz y me dijo: “Pepe, por favor, que he ido a Cáritas y me dicen que no tienen dinero; que he ido a asuntos sociales y me han pagado dos recibitos,p ero necesito otro más porque me la cortan...”. Yo les pido que que me manden el recibo y desde el ordenador de casa se lo hago. “Toma, ahí llevas el justifican­te con la factura ya pagada”.

–¿Cuál es ahora el perfil mayoritari­o de quienes piden trabajo? –Desde hace tiempo están llegando muchas mujeres hispanoame­ricanas, que son como una gran familia. Se comunican unas con otras y se dicen: “Llégate a la Fundación Dora, habla con Pepe Cuadrado, que a él le piden muchos

Con el dineral que se cobra en impuestos debería garantizar­se a todo el mundo un suministro mínimo vital”

En 25 años hemos encontrado empleo a 1.018 personas en el servicio doméstico y como internas”

trabajador­es”. Vienen de Colombia, Venezuela, Ecuador, Méjico, pero sobre todo de Bolivia. Son mujeres que llegan solas, que han dejado allí a sus familias, a sus hijos, que entran de manera irregular y, poco a poco, van consiguien­do papeles y la nacionalid­ad española. Son mujeres, jóvenes y de mediana edad. Vienen buscando empleo como cuidadoras de personas mayores o en el trabajo doméstico, siempre como internas porque esto les soluciona el problema del piso. [Ojo, que estas personas no les quitan trabajo a las de aquí. las de aquí tienen su casa, sus hijos, su familia aquí y, lógicament­e, no quieren trabajar internas]. Cuando el empleo es por horas se le da prioridad a una persona de por aquí.

–Después de 25 años de tanta dedicación, tendrán que descansar en algún momento ¿no?

–Sí, claro. Pero no estamos solos. Hay gente muy buena, magnífica, trabajando con nosotros. Ahora mismo son unos 14 voluntario­s. Y por supuesto, con nosotros están nuestros patronos. Pero necesitamo­s más socios...

(Para colaborar con la Fundación Dora Reyes se puede contactar a través de su web: fundaciond­ora.org y de su mail:

 ?? JESÚS MARÍN ?? Mari Reyes y Pepe Cuadrado, presidenta y vicepresid­ente de la fundación.
JESÚS MARÍN Mari Reyes y Pepe Cuadrado, presidenta y vicepresid­ente de la fundación.

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