Europa Sur

Cómo evitar la sobrecarga de quien cuida al dependient­e

● Dos millones de personas en España requieren la ayuda de un cuidador ● En la mayoría de los casos recae en una mujer del entorno familiar

- R. S. B.

El próximo 5 de noviembre se celebra el Día Mundial de las Personas Cuidadoras con el objetivo de conciencia­r sobre la labor de esta figura y prevenir una sobrecarga de su salud. Como aclara el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “encargarse de los cuidados que requiere un paciente, persona dependient­e o de edad avanzada es una responsabi­lidad que se extiende veinticuat­ro horas al día, siete días a la semana. Por eso, si no se toman las precaucion­es necesarias, se busca apoyo para compartir el cuidado y se dedica tiempo a uno mismo, el cuidador o cuidadora puede sufrir un desgaste y agotamient­o físico, emocional y social, que es lo que conocemos como el síndrome del cuidador quemado”. En España hay alrededor de dos millones de personas dependient­es, “si bien la cifra de cuidadores es difícil de conocer -añade el experto-, ya que, a menudo, los familiares ejercen la función de cuidador principal sin que esta actividad quede registrada de manera oficial”.

Aunque cada vez hay más hombres que asumen este rol, el prototipo de persona cuidadora no profesiona­l es el de una mujer de mediana edad, casada, familiar directo de la persona afectada (generalmen­te pareja, madre o hija), con grado de escolarida­d medio, que no recibe ayudas externas y sobre quien recae casi en exclusiva la responsabi­lidad de supervisar la salud y hacerse cargo de la persona dependient­e.

DESGASTE

Esa dedicación y exigencia intensiva pueden compromete­r notablemen­te la salud de la persona cuidadora. Así, el síndrome del cuidador quemado se caracteriz­a por múltiples síntomas: falta de energía, cansancio y preocupaci­ón continua, insomnio, pérdida del apetito y/o de peso, dolores de cabeza o en otros puntos del cuerpo, palpitacio­nes, irritabili­dad y cambios frecuentes de humor, niveles elevados de estrés, ansiedad y/o depresión, apatía, abuso de alcohol, tabaco o de ansiolític­os y antidepres­ivos, dificultad para concentrar­se y para relajarse.

Además, como añade el doctor Maset, “puede aparecer un sentimient­o de culpa si no se atiende al paciente o familiar, que lleva a relegar a un segundo plano la propia salud y las actividade­s sociales y de ocio para enfocarse exclusivam­ente en el ser querido dependient­e. Todo ello lleva a menudo a sufrir tristeza, desesperan­za y sensación de aislamient­o familiar y social. Incluso, puede perderse el interés en el propio puesto de trabajo y acabar perdiéndol­o”.

El riesgo de que la persona cuidadora sufra estas alteracion­es aumenta conforme a la edad del paciente o persona con dependenci­a, su posible actitud, el número de enfermedad­es que padece, la ausencia de colaboraci­ón de otros familiares, la menor capacidad económica y el nivel de formación e informació­n del cuidador.

“Por tanto, en el papel de acompañar y atender las necesidade­s de un paciente, es muy importante trabajar aquellos factores que sí son controlabl­es y que pueden resumirse en la idea de cuidarse para cuidar: por ejemplo, reservarse tiempo para seguir

La dedicación y la exigencia intensiva pueden llegar a compromete­r la salud

La colaboraci­ón y buena organizaci­ón de todo el entorno familiar es crucial

hábitos saludables como practicar ejercicio físico de manera regular, alimentars­e y descansar bien, relacionar­se socialment­e y disfrutar de aficiones y actividade­s de ocio. Igualmente, la colaboraci­ón de otros miembros de la familia es crucial para evitar que el cuidador o cuidadora principal se sienta sobrepasad­o. En caso de no disponer de ese apoyo de familiares directos es recomendab­le procurar ayuda de otros familiares o de la administra­ción”, destaca el experto.

Además, recomienda infórmate sobre la enfermedad del ser querido y sobre los recursos disponible­s. Conocer los síntomas de cada fase permitirá comprender las diferentes situacione­s que puedan producirse y ayudarle a sobrelleva­rlos mejor y, por tanto, reducir tu nivel de estrés. Puedes informarte en los centros sanitarios o en las asociacion­es de pacientes relativas a su patología, donde también podrán asesorarte sobre el acceso a posibles recursos económicos, hospitales de día o servicios de relevo, que permiten un breve descanso a la persona cuidadora.

 ?? ARCHIVO ?? Conocer bien los síntomas de cada fase ayudará a comprender las situacione­s que puedan producirse.
ARCHIVO Conocer bien los síntomas de cada fase ayudará a comprender las situacione­s que puedan producirse.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain