El suicidio, un problema que no es previsible pero sí prevenible
● Expertos animan a tomar medidas ante el aumento de intentos entre los adolescentes
En los últimos años, los datos ya alertaban de un aumento de patología mental entre niños y menores, pero la pandemia ha precipitado las cifras. Desde el año 2006 las tentativas de suicidio se han multiplicado por tres, y actualmente ya se superan los 2.000 intentos cada año. De hecho, mueren más jóvenes quitándose la vita, que por accidentes de tráfico o enfermedades como el cáncer. El problema es tan grave que los recursos del sistema sanitario público, pese a haber aumentado su capacidad, se ven desbordados y con largas listas de espera, que hasta hace unos años eran inexistentes. Por ello, es necesario empezar a actuar. Porque el suicidio no es previsible, pero sí prevenible.
Esta cuestión ha sido abordada por la Fundación Cofares en el encuentro ‘Suicidio en adolescentes y Redes Sociales’, que ha puesto el foco en el acceso a las nuevas tecnologías como un factor de riesgo claro. De hecho, los expertos señalan nuevos fenómenos como el “cibersuicidio” y la “autolesión online”, en los que jóvenes buscan a otros chicos con sus mismos problemas y entre ellos se aconsejan, inducen e imitan mutuamente las autolesiones o a las tentativas suicidas.
A este respecto, María José Penzol, médico especialista en Psiquiatría de Infancia y Adolescencia
alertaba de que el 80% de los pacientes que precisan ingreso han tenido tentativas suicidas. Un dato preocupante ya que el mayor factor de riesgo del suicidio es precisamente haberlo intentado anteriormente. En cuanto a otros factores de riesgo, señalaba el mal uso de las redes sociales, donde sus pacientes dicen pasar hasta seis horas diarias. Y es que, si bien los dispositivos tuvieron un impacto positivo a la hora de socializar durante el confinamiento, finalmente su uso excesivo ha provocado una desconexión de las familias. Estas han dejado de compartir tiempo juntos y de comunicarse, por lo que se ha perdido esta red de apoyo. Esto lleva a los jóvenes a a refugiarse en las redes donde tienen acceso no solo a información dañina, sino también a perfiles de personas que en su entorno nunca conocerían.
Otro dato preocupante es el fácil acceso a los fármacos que tienen los jóvenes, que son usados en estas tentativas, ya que en grandes cantidades pueden tener importantes efectos tóxicos. A este respecto, desde Cofares aseguraban que desde la Farmacia también es necesario estar más pendientes de posibles señales de alerta .