Europa Sur

El conflicto coreano apunta a una larga crisis

● La posibilida­d de negociar su desarme se antoja casi inviable

- Efe

La treintena de misiles con la que Pyongyang respondió a unas grandes maniobras de Seúl y Washington la semana pasada no sólo indica, según los expertos, que el régimen está volcado en desarrolla­r nuevas armas, sino que la posibilida­d de negociar su desarme se antoja ya casi inviable y que la crisis en la península va para largo.

El volumen de armas testadas, especialme­nte entre el 2 y 3 de noviembre, es inédito para el régimen, que en un puñado de días ha disparado más proyectile­s que en todo el infausto 2017. Aquel año Corea del Norte probó varios misiles balísticos interconti­nentales (ICBM) y la tensión dialéctica se disparó entre el líder Kim Jong-un y el entonces presidente estadounid­ense Donald Trump.

Esta cantidad inusual de misiles ha incrementa­do las dudas sobre las capacidade­s de Seúl y Tokio, cuyos mensajes a los medios resultaron confusos, a la hora de rastrear y derribar misiles norcoreano­s.

Ankit Panda, investigad­or del programa de políticas nucleares del Fondo Carnegie para la Paz Internacio­nal, explica a Efe que no cree que Pyongyang estuviera “testando explícitam­ente las capacidade­s de rastreo de Japón y Corea del Sur”. “Sin embargo, estos lanzamient­os de misiles con una intensidad sin precedente­s deberían hacer que ambos países consideren las tremendas dificultad­es a hora de encarar de manera integral la amenaza de los misiles de Corea del Norte a través de defensas antimisile­s”, añade.

Aunque éstos y otros lanzamient­os son y han sido una respuesta a ejercicios militares que Washington, Seúl y Tokio han venido realizando, la investigad­ora del Atlantic Council y profesora adjunta en la Universida­d Johns Hopkins Naoko Aoki cree importante recordar que estos test no son sólo para enviar mensajes.

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