Algunos se quedan atrás

El presidente del Gobierno dijo con la pandemia que nadie se iba a quedar atrás, pero le interesa más acabar con la sedición que acabar con la pobreza y la incapacidad. Hoy se cumplen ocho años de la muerte de mi madre y le pedí a mi prima que le rezara, pues hoy tenían una reunión en el INSS a propósito de la incapacidad de su marido y lo poco que le queda tras treinta y seis años de trabajo. Es injusto que habiendo trabajado toda la vida, al declarásele una rotura de cadera que exige operación y después con 64 años dónde va a encontrar un trabajo que le permita vivir él y su familia. Nunca faltó al trabajo, ni con fiebre ni con resfriado ni nada. Durante algunos años cotizaron por él dos horas y trabajaba ocho. Lleva cuatro años trabajando y cotizando ocho horas, pero no cobraba las pagas de julio y diciembre. El tribunal que lo ha calificado se ha dado mucha prisa en darle la incapacidad total, no la absoluta, de manera que cuando lo operen y se restablezca va a tener que buscar trabajo pues en principio le quedaron 500 euros y por un error subsanado le quedan 600 euros. ¿Qué persona puede vivir con 600 euros? El alquiler, la luz, el agua, la Comunidad y pare de contar, se llevan los 500 euros. ¿De qué van a comer él y su familia?. No hay tu tía, es una injusticia literal y todos no somos iguales ante el Estado. ¿Por qué no le han dado la incapacidad absoluta, si no puede andar bien y tiene dolores? Al menos cobraría 800 euros que no es para tirar cohetes, pero es un poco más digno. No tengo palabras para hablar; estuve trabajando 22 años en la docencia y me quedó una pensión más digna que no sé en qué quedará cuando llegue a los 65/67 años, pero no todos somos iguales. Francisca Belén Tinoco Soriano (Cádiz)