Objetivo: estar lo mejor preparados y coordinados en caso de catástrofe real
● La portuense playa de La Puntilla se convirtió ayer en escenario de un simulacro de accidente marítimo de gravedad ● Unas 200 personas y 18 entidades participaron en el amplio operativo
Eran las once de la mañana y la playa de La Puntilla, en El Puerto, estaba tomada por figuras enfundadas en monos blancos, con cascos y gafas protectoras. Un helicóptero de la Guardia Civil sobrevolaba la zona y en el aparcamiento cercano al espigón había vehículos y carpas del 061, Cruz Roja, Ministerio de Transición Ecológica y Junta de Andalucía.
Mientras varias barrera físicas se desplegaban en la costa los operarios se afanaban en recoger chapapote mientras que uno de ellos sufría una intoxicación y tenía que ser derivado al hospital.
Todo esto ocurría ayer en La Puntilla, pero afortunadamente solo se trataba de un simulacro. Unas 200 personas y un total de 18 entidades participaron en la actividad, que se desarrolló desde primera hora de la mañana y se prolongaba hasta aproximadamente las dos de la tarde.
El ejercicio se enmarcaba dentro del Plan RIBERA–PECLA que desde el martes se venía llevando a cabo en la provincia gaditana de forma conjunta entre la Consejería de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta de Andalucía en Cádiz, el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España, a través de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz.
El punto de partida para la puesta en marcha del simulacro era una supuesta colisión entre un buque, cargado con 30 treinta mil toneladas de fueloil, y un mercante. El incidente habría ocasionado una grieta en el petrolero y el derrame de unas 3.000 toneladas de producto que derivó hacia diferentes lugares de la costa de la bahía de Cádiz, quedando otra parte en alta mar. En este caso el chapapote no era tal, sino astillas de madera, y los heridos eran tan solo figurantes, pero el objetivo de este ejercicio era precisamente coordinar a las diferentes administraciones para que, en caso de accidente real, cada cual sepa cómo actuar en cada momento.
Hasta la zona se desplazaron también responsables de todas las administraciones implicadas, como la secretaria general de Interior, Lourdes Fuster; el subdelegado del Gobierno de España en Cádiz, José Antonio Pacheco; la delegada del Gobierno de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo; el director general de Emergencias y
Protección Civil, Agustín Muñoz; y el delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Oscar Curtido.
Durante el ejercicio se pusieron en práctica todas las fases de gestión de una emergencia de estas características, comenzando por la notificación del incidente para seguir con la movilización de patrullas y medios de reconocimiento, identificación del producto vertido, seguimiento de la mancha y daños en la línea de costa, activación de planes, o despliegue de patrullas de limpieza y gestión de los residuos recogidos, entre otras muchas tareas.
El simulacro coincide con el 20 aniversario del accidente del Prestige, en Galicia, un siniestro que supuso un antes y un después en la atención a este tipo de catástrofes ya que a raíz del mismo se puso en marcha el Plan Nacional de Emergencias. La provincia de Cádiz es además una zona muy sensible debido al elevado tráfico marítimo de la Bahía de Algeciras, aunque el simulacro no se ha realizado allí para no crear alarma, por estar muy reciente la crisis del OS35.
El simulacro concluyó con una reunión de evaluación en la que el personal técnico ha identificado oportunidades de mejora y puntos fuerte de cara a posibles casos reales.