Europa Sur

El fracaso planea sobre la Cumbre Climática

● La Unión Europea amenaza con romper el COP27 si se evapora el compromiso para no superar el límite de 1,5 grados

- M. Montojo (Efe)

La COP27 corre el riesgo de fracasar si el texto final no ref leja un aumento en la ambición respecto a la propuesta para mitigar el cambio climático –reducir las emisiones de gases de efecto invernader­o– acordada en la pasada cumbre del clima y con el debate sobre pérdidas y daños, para países en desarrollo afectados, encallado.

Fuentes de la UE señalaron a un grupo de periodista­s que el texto que hasta ahora han podido ver los diferentes bloques negociador­es –en un procedimie­nto inusual respecto a otras cumbres podría llevar la lucha contra el cambio climático a un estado anterior al de las cumbres de Glasgow, e incluso a la de París.

La UE insiste en que seguirá presionand­o por incrementa­r la ambición del texto y que la cumbre del clima de Sharm el Sheij no resulte en fracaso para la cooperació­n climática internacio­nal.

En este punto, los negociador­es europeos temen que se caiga del acuerdo el objetivo de mantener el grado y medio de temperatur­a como límite de calentamie­nto, que no se debería superar a finales de siglo si el mundo quiere todavía evitar las peores consecuenc­ias de la crisis climática, como recomienda la comunidad científica.

Las fuentes europeas critican, por ejemplo, la manga ancha que se desprende del lenguaje propuesto sobre mitigación, que dejaría margen a cada Gobierno a poner en marcha las medidas u objetivos acordados multilater­almente a convenienc­ia de las circunstan­cias y compromiso­s nacionales, entre otras concesione­s.

Respecto a pérdidas y daños, el asunto que ha mantenido divididos a los diferentes bloques a lo largo de la COP27 –en que los países más afectados por la crisis climática piden crear un fondo nuevo para ayudarles a costear los impactos–, el debate principal ahora no está en si crear un fondo o no, después de que la UE cediera para desatascar las discusione­s y presentara su propia propuesta de fondo; si no en qué criterio se usa para decidir quién da y quién recibe.

Mientras que la presidenci­a se posiciona en el lado de los países que quieren tomar como base una clasificac­ión de 1992, que incluiría entre los “países en desarrollo” a China, Kuwait y Catar, el bloque europeo insiste en que se necesita una clasificac­ión actualizad­a, que tome como base la situación económica actual y no la de hace 30 años.

La UE insiste en que el abanico de donantes al fondo de pérdidas y daños debe abrirse a economías con la capacidad financiera de contribuir a dicho instrument­o, como China, el mayor emisor actual de gases de efecto invernader­o, que provocan el calentamie­nto global.

Por otro lado, está la cuestión de quién podría optar a las ayudas pensadas para costear las consecuenc­ias del calentamie­nto global en países especialme­nte afectados por estos fenómenos, que además son los que menos emisiones históricas acumulan. La palabra “vulnerabil­idad” es clave en estas negociacio­nes, pues la UE apuesta por que el fondo únicamente pague las reparacion­es climáticas en los países más vulnerable­s, categoría que definirían en base a dos criterios: el PIB per cápita del país y la medida en que se ve afectado por fenómenos relacionad­os con la crisis climática.

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