Alemania calibra la realidad de España
● La selección de Luis Enrique, después del debut de los récords contra Costa Rica, debe confirmar que está entre las favoritas contra un rival muy necesitado
dar opciones de pase a los compañeros. Borrando del campo a Costa Rica, reduciendo al rival a su mínima expresión, y todo a base de brillantez.
Los siete goles en una exhibición que intimidó al mundo del fútbol e instaló a España en el elogio, encontró un hambre de gloria que provocó que no se pensase en levantar el pie ni negociar esfuerzos. Luis Enrique defiende que tiene 26 titulares y los que saltaron desde el banquillo así lo mostraron con los goles que también sumaron en la recta final. Carlos Soler y Álvaro Morata convirtieron a España en la que más aportación tiene de suplentes. Al equipo con más posesión (hasta 82%) y pegada del Mundial (7 goles en 7 remates a puerta).
Repetirlo. Sostener en el tiempo tal nivel de excelencia es un imposible. Máximo respeto a una Alemania herida, pero máxima confianza en mandar a una candidata para casa. Luis Enrique nunca repite equipo y no parece que la goleada histórica le vaya a cambiar el paso en ese sentido. Entre dos y tres retoques se esperan.
Con la firme opción de Dani Carvajal por Azpilicueta en el lateral derecho y la entrada de un central puro por Rodri. Entre Pau Torres y Eric García saldría el ganador en caso de que el técnico asturiano no quiera dar continuidad a su frente a una selección con un ataque temible.
Más aún lo fue el suyo. Con Marco Asensio rindiendo tan bien de 9 que ahora nadie imagina una España sin su jugador en mejor estado de forma. Tampoco sin Ferran Torres, máximo artillero de la era Luis Enrique de nuevo con su doblete a Costa Rica. De ahí que si el retoque es ofensivo, por características del rival, los focos apuntarían a Dani Olmo, poco probable por el nivel mostrado y el tanto que daba paso a la exhibición. Tampoco en un centro del campo con Busquets al mando, Gavi como gran sensación española del torneo y Pedri como referente a la hora de la posesión del balón.
Favorita contra las cuerdas, Alemania saltará al césped con la máxima presión. Provocada por su falta de contundencia ante Japón y de seguridad defensiva para ser remontada. Su verdugo jugará antes y un nuevo triunfo dejaría al borde del abismo a la
que repetiría una