El Banco de España eleva al 1,9% el crecimiento español en 2024
● Asegura que la economía se verá favorecida por la relajación monetaria y los fondos europeos
El Banco de España elevó ayer su previsión de crecimiento económico para 2024 al 1,9%, tres décimas más que el pronóstico anterior de diciembre, y recortó la estimación de inflación media seis décimas, al 2,7%, aunque aumentó tres décimas la subyacente (sin energía ni alimentos no elaborados), al 2,2%.
El aumento del PIB se verá favorecido durante los próximos trimestres por cuatro factores: el menor impacto negativo de la política monetaria sobre la actividad, el crecimiento previsto de la población, la reactivación paulatina de la economía (europea y global) y el mayor despliegue de los fondos europeos.
El Banco de España ha actualizados sus proyecciones macroeconómicas para el periodo 20242026, en las que explica que, en sentido contrario, impactarán de forma negativa en el PIB “el agotamiento de algunos vientos de cola que han impulsado recientemente el crecimiento”, como la demanda embalsada, así como la persistencia de tensiones geopolíticas.
El crecimiento previsto para 2024 supondría una moderación de más de medio punto respecto al 2,5% registrado en 2023, una ralentización que se habría iniciado ya en este primer trimestre, con un ritmo de avance del PIB del 0,4%, dos décimas inferior al del cuarto trimestre (0,6%), si bien la entidad incide en que la incertidumbre en torno a esa estimación es elevada.
En los próximos años, con crecimientos estimados del 1,9% en 2025 y del 1,7% en 2026, el consumo privado y la inversión serán “los principales motores de la actividad económica”.
El consumo de los hogares se verá favorecido por el aumento de la población, un incremento de las rentas reales que conllevará la moderación de las tasas de inflación, el dinamismo de la creación de empleo y las subidas salariales que se proyectan.
Respecto a la inversión, aumentará por el efecto dinamizador que se espera que provenga de los proyectos vinculados al programa Next Generation EU –cuyo despliegue se prevé que impulse la actividad en 2024 y 2025– y por el desvanecimiento gradual del impacto negativo de la subida de los tipos de interés. En todo caso, el Banco de España explica que “la inversión seguirá siendo el componente de la demanda que muestre una recuperación más tardía de los niveles prepandemia”: actualmente está un 5% por debajo y no se espera que lo alcance hasta finales de 2025 o principios de 2026.
Uno de los indicadores que “ha sorprendido” por su aceleración ha sido el consumo público, algo que, si no se frena y sigue aumentando en 2024, provocaría un mayor crecimiento del PIB, por encima del 2%, pero también un incremento del déficit público.
El banco insiste en que, “si no se implementan medidas fiscales adicionales”, ese nivel de déficit permanecerá en niveles muy altos y no se cumplirá con el mandato europeo de situar el déficit en el 3% en 2024. La entidad prevé que no se baje del 3,5%.
La inflación media se moderará al 2,7% y el déficit público se situará en el 3,5%