Europa Sur

Algeciras en el siglo X: Ceuta y el Rif para el califato de Córdoba

El uso de Algeciras como puerto base de las campañas africanas fue constante a lo largo de todo el siglo X Alcanzó su auge en la segunda mitad de la centuria, en tiempos del militar y político Almanzor

- Agosto).

EL 16 de enero del año 929, pacificado por fin el sur de al-andalus, Abderramán III tomó el título de Califa, fundando un califato ortodoxo y sunní frente al califato fatimí y herético del otro lado del Estrecho.

El puerto de Algeciras bajo su control desde el año 914, se convirtió en una de las principale­s bases de la flota andalusí con la ciudad regida por un gobernador, ‘Abdallah ben Ishaq al-qurasí, totalmente leal a los omeyas. Reclamada su ayuda por los habitantes de Ceuta, acosados por las tribus bereberes de la región, Abderramán III decidió intervenir en el norte de África.

En el mes de marzo del año 931 una flota, mandada por el almirante Farach ben ‘Ufayr, se concentró en el puerto de Algeciras. El 24 de dicho mes zarpó con dirección a Ceuta desembarca­ndo en su puerto sin oposición de sus habitantes. Una vez ocupada la ciudad, llegó a ella el gobernador de Algeciras, en quien se unió el gobierno de las dos ciudades para que fuera más fácil hacerse con el control de aquella costa fronteriza. Después, el califa omeya procedió a guarnicion­ar el territorio y levantar fortificac­iones. En el mes de mayo se volvió a reunir en Algeciras otra escuadra formada por ciento veinte navíos y más de siete mil hombres, que cruzaron el mar para atacar al señor de Tremecén, aliado de los fatimíes. El uso de Algeciras como puerto base de las campañas africanas fue constante a lo largo de todo el siglo X, alcanzando su auge en la segunda mitad de la centuria, en tiempos de Almanzor.

Un momento crítico acontece en el año 944, cuando los bereberes volvieron a atacar Ceuta y derrotaron a las tropas andalusíes. Ante la gravedad de la situación, el Califa omeya envió a un ejército al mando de su visir, Qasim ben Tumlus, que embarcó en el puerto de Algeciras el 5 de Noviembre del año citado. Una vez en tierras africanas logró someter a los bereberes y recuperar Ceuta.

Seis años más tarde será el general Ahmad ben Ya’là el que embarque en Algeciras con sus tropas para combatir a los rebeldes. En todas estas operacione­s el puerto de Algeciras actuó como punto de reunión y embarque de las tropas que se dirigían a Ceuta o a Tánger y como base desde la que el gobernador de la ciudad enviaba a África vituallas, armas y dinero para comprar la lealtad de los jeques tribales.

Pacificada al-andalus, la política de Abderramán III estuvo dirigida prioritari­amente al reasentami­ento de la población que habitaba en las regiones más proclives a la desobedien­cia en el llano y en los valles litorales y a convertir las ciudades en centros del poder político-religioso y de desarrollo económico. Al mismo tiempo procedió a erigir fortificac­iones en los lugares que convenía dominar. En el año 960 mandó construir el castillo de Tarifa para controlar el paso del Estrecho. Con estas iniciativa­s aspiraba a consolidar y defender las ciudades en proceso de formación, como Algeciras y Tarifa, y a favorecer el asentamien­to de la población en espacios controlabl­es por el poder central.

Algunos datos aportados por las fuentes árabes y los testimonio­s arqueológi­cos, permiten asegurar que la ciudad de Algeciras asistió a un incremento de la población y a una mejora de sus capacidade­s portuarias, militares y comerciale­s a lo largo del reinado de Abderramán III (912-961). La construcci­ón de unas atarazanas en la orilla norte del río de la Miel posibilita­ría el nacimiento de un arrabal en su entorno donde residirían artesanos cuyas actividade­s productiva­s estarían relacionad­as con la construcci­ón naval: carpintero­s de ribera, calafates, herreros, cordeleros, etc., que atenderían la demanda de nuevas embarcacio­nes de guerra, pesca y comercio y los trabajos de reparación que generaría el diario uso de los barcos.

Al mismo tiempo, estos nuevos pobladores y las actividade­s por ellos desarrolla­das atraerían necesariam­ente a comerciant­es, artesanos diversos, funcionari­os, contables, hombres de religión, etc..., sin contar con la demanda de alarifes, carpintero­s, herreros, alfareros y caleros que ocasionarí­a la construcci­ón de viviendas y las obras públicas y el aumento de la guarnición de la ciudad que las empresa militares en la ori

lla africana y el establecim­iento de la flota posibilita­rían.

El puerto de Algeciras continuó ejerciendo de base militar durante las sucesivas campañas que desarrolla­ron los omeyas en la otra orilla. Muerto Abderramán III en el año 961 las expedicion­es se retomaron durante el reinado de su hijo alhakam II, aunque Algeciras no volvería a adquirir un renovado protagonis­mo hasta que asumió el poder Muhammad ben Abi ‘Amir, más conocido como Almanzor.

En el año 972 Almanzor fue promociona­do al importante cargo de Jefe de la Policía, encargado del orden público en la capital. En el 974 se hizo con el control de la Casa de la Moneda que había perdido dos años antes. Con el apoyo de Subh, esposa del Califa, logró que éste lo nombrara encargado de los bienes del príncipe Hixam. Tras la muerte de al-hakam II, en el año 976, se fue adueñando de todos los resortes del poder.

En el 977 Hixam II lo nombró chambelán, cargo que compartió con el ministro al-mushafi hasta la muerte de éste en el año 983. A partir de entonces quedó como dueño absoluto del Califato. Como refiere el Dikr (s. XIV), se adueñó del poder absoluto en al-andalus y en la otra orilla del Estrecho, llegando a ser invocado en los sermones en la ciudad de Siyilmasa (en la frontera con el Sahara).

Cuatro años antes, en el 973, se había reunido en Algeciras un fuerte ejército, mandado por el general Galib, mientras que en el puerto se hallaba fondeada la escuadra, cuyo almirante, Ben al-rumahis, solo esperaba la orden de embarcar las tropas y cruzarlas a Ceuta. En esta ocasión llegó también a la ciudad Muhammad ben Abi ‘Amir, que venía como intendente y administra­dor de los fondos de la campaña. Galib residió en Algeciras hasta el mes de junio, haciendo los preparativ­os de la expedición y esperando que se ultimara la construcci­ón de varias decenas de navíos en las atarazanas de la ciudad. El 15 de junio Almanzor hizo que cruzara el mar por delante las tropas y las máquinas de guerra... En cuanto a él, embarcó en Algeciras el domingo día 11 de ramadán, rumbo a Tánger (refiere Ibn Hayyán). Una vez en África fue nombrado juez supremo de todos los territorio­s omeya del Magreb, con tales poderes que los generales no se atrevían a tomar ninguna decisión sin su aprobación.

Una vez controlado el poder por Ben Abi ‘Amir, éste se preocupó en continuar la política seguida en el norte de África desde los tiempos de ‘Abderramán III. Estableció una guarnición en Ceuta, nombró en dicha

ciudad funcionari­os fieles a él y se atrajo a los jefes bereberes con gratificac­iones y regalos, al mismo tiempo que los inscribía en el ejército cordobés. Más adelante organizó nuevas expedicion­es, aunque en estas campañas él no cruzaba el Estrecho, sino que las dirigía desde Algeciras, residiendo en una mansión que la crónica árabe denomina la Hachibiyya.

Firmó una alianza con las tribus bereberes logrando restablece­r la soberanía omeya sobre todo el Magreb hasta los límites del desierto. Entretanto que se desarrolla­ban las campañas en la otra orilla, había mandado fortificar la ciudad de Ceuta y trasladar la población al monte Hacho donde había ordenado que se comenzaran las obras de una nueva muralla. También había tenido tiempo de recibir en Algeciras al almirante de la flota, Ben alrumahis, con el que se había enfrentado por asuntos militares. Según la fuente árabe que recoge el encuentro, Almanzor lo invitó a comer, envenenand­o los alimentos que debía ingerir el almirante, que murió pasados unos días.

De nuevo se trasladó Almanzor a Algeciras en el mes de agosto del año 985, donde acometió personalme­nte los preparativ­os militares para frenar el avance del bereber Hasán ben Qannún. Desde Ceuta las

tropas andalusíes se dirigieron a Fez, en cuyas cercanías fue derrotado. Acabó asesinado cuando era conducido a Córdoba.

Almanzor volvió a establecer­se en Algeciras en el año 998. Llegó a la ciudad a principios del mes de agosto con el objetivo –como apunta Joaquín

Vallvé– de poder seguir de cerca las operacione­s militares en la otra orilla. Una vez en Algeciras pasó revista a las tropas, que esperaban la llegada de su hijo ‘Abd al-malik, en quién había confiado el mando de la expedición. El 24 de octubre, ‘Abd al-malik, después de vencer al ejército rebelde, entró en Fez, siendo nombrado por su padre gobernador del Magreb.

Al final del siglo X, Almanzor había llegado a la cumbre de su gloria: los enemigos del norte se hallaban sometidos a su vasallaje; el Magreb era un apéndice del califato andalusí y Córdoba se había convertido en la ciudad más prestigios­a de Occidente, en la cabeza de un estado poderoso y temido. Pero ese mismo estado se hallaba minado por el viejo germen de la disolución que había amenazado en tantas ocasiones la existencia del islam hispano. Un germen que arruinaría el esfuerzo unificador de toda una dinastía y conduciría a al-andalus a su disgregaci­ón en los llamados Reinos de Taifas y a su absorción por sucesivos imperios norteafric­anos.

Almanzor murió en el transcurso de una de sus expedicion­es contra los cristianos del norte en el verano del año 1002. Refiere el Dikr que murió en la frontera y fue enterrado en la ciudad de Medinaceli el veintisiet­e de ramadán (el 9 de

 ?? E.S. ?? Vista de Ceuta en el siglo XVI según el ‘Civitates Orbis Terrarum’ (G. Brawn y F. Hogenberg, 1572-1617). Con la letra A, el Afrag o recinto construido por los meriníes en el siglo XIII; con la letra B, la fortificac­ión mandada edificar por Almanzor.
E.S. Vista de Ceuta en el siglo XVI según el ‘Civitates Orbis Terrarum’ (G. Brawn y F. Hogenberg, 1572-1617). Con la letra A, el Afrag o recinto construido por los meriníes en el siglo XIII; con la letra B, la fortificac­ión mandada edificar por Almanzor.
 ?? CEDIDA AYTO TARIFA ?? Lápida fundaciona­l del castillo de Tarifa erigido por Abderramán III en el año 960, que se halla colocada sobre la puerta oriental de la citada fortaleza califal.
CEDIDA AYTO TARIFA Lápida fundaciona­l del castillo de Tarifa erigido por Abderramán III en el año 960, que se halla colocada sobre la puerta oriental de la citada fortaleza califal.
 ?? MUSEO MUNICIPAL DE ALGECIRAS ?? Fragmento de lápida sepulcral hallado en Algeciras, año 934 de la Era Cristiana.
MUSEO MUNICIPAL DE ALGECIRAS Fragmento de lápida sepulcral hallado en Algeciras, año 934 de la Era Cristiana.
 ?? E.S. ?? Puerta de época califal hallada en el recinto amurallado de Ceuta.
E.S. Puerta de época califal hallada en el recinto amurallado de Ceuta.

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