La Muralla del Estrecho: la ruta de los búnkeres
La cercanía al Peñón hace que entre La Línea y Sierra Carbonera se concentre la mayoría de construcciones, pero también se ven en Tarifa, Algeciras y San Roque
La Muralla del Estrecho es el nombre que recibe un complejo defensivo de casi 600 fortificaciones que abarcan desde el río Guadiaro (San Roque) en su zona más oriental, hasta el cabo de Roche (Conil de la Frontera), en su zona más occidental.
Los fortines, búnkeres y otros elementos hormigonados como nidos de ametralladoras se remontan a 1939, en el contexto del fin de la Guerra Civil y el inicio de la II Guerra Mundial (1939-1945), cuando la España franquista temía una invasión de los Aliados desde Gibraltar.
La Muralla del Estrecho es el nombre comercial que el profesor e investigador Ángel Sáez, colaborador de Europa Sur, ha dado a los 600 sistemas defensivos, haciendo un guiño a otros como
La Línea Maginot, en Francia, o el Muro Atlántico, de los alemanes. El investigador no duda en ningún momento en catalogar estas edificaciones como una de las características más llamativas de nuestras costas, asemejándolas a las torres almenaras en las costas andaluzas o los castillos medievales y fortalezas abaluartadas de Portugal.
Algunos de los edificios monumentales presentan una peculiaridad especial, al tener lazos estilísticos con los que se pueden ver en la frontera checa con Alemania, en la denominada zona de los “Sudetes”. Aunque muchos no lo sepan, los elementos construidos forman parte de dos estrategias distintas: una inicial, defensiva, a la que sigue una fase “aparentemente defensiva”, el Plan Jevenois, que en la práctica era ofensiva pues los planes de Franco eran recuperar Gibraltar y controlar el Estrecho.
La cercanía al Peñón hace que el área entre La Línea y Sierra Carbonera concentre la mayoría de construcciones, pero estos elementos monumentales también se pueden observar a lo largo
de todo el litoral de la comarca, en Tarifa, Algeciras y San Roque. Estas construcciones históricas constituyen un elemento patrimonial y turístico con mucho potencial, al habernos llegado prácticamente ilesas –salvando el impacto de las inclemencias del tiempo y la dejadez en su conservación– las estructuras, ya que, como el propio Sáez señala, La Muralla del Estrecho “nunca recibió su bautismo de fuego”.
BIEN DE INTERÉS CULTURAL
Localizar los fortines, búnkeres y nidos no resulta difícil, pero saber con exactitud qué tenemos delante es complicado, puesto que no existen planes patrimoniales que los incluyan en una ruta perfectamente guiada y delimitada y tampoco gozan de la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC).
Distintas asociaciones y grupos de investigadores llevan décadas luchando por destacar el valor histórico de las edificaciones militares. Su exigida dignificación trae de la mano dos consecuencias positivas: cuidar el patrimonio del Campo de Gibraltar y poner a disposición de los municipios de unos espacios que pueden ser visitados por turistas e institutos. A nivel memorialista, también suponen un importante ejemplo de obras en las que fueron empleados los soldados republicanos, encuadrados en los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores.
Las monumentales obras perecen ante el olvido de las administraciones, el impacto del tiempo y la actividad humana, pues muchos acaban en parcelas privadas y quedan abandonados a la suerte de lo que decida el propietario del terreno donde se encuentra. “Estamos en una situación de limbo”, describe Sáez.
El Instituto de Estudios Campogibraltareños y la Diputación de Cádiz han editado recientemente un libro, Testimonios de una guerra, en el que se incluye un código QR que redirige a Google Maps para ver los sistemas localizados por diversos investigadores implicados –aunque faltan muchos más que se irán incorporando poco a poco–. Esta estrategia particular responde a la voluntad de los expertos en resaltar y promover la historia del Campo de Gibraltar, que siguen en la lucha incansable para la declaración
La Muralla del Estrecho es el nombre que recibe un complejo defensivo de casi 600 fortificaciones
Algunos de los edificios tienen lazos estilísticos con los de la frontera checa con Alemania
de las estructuras como BIC e implicar a todas las administraciones.
ASOCIACIÓN RUTA BÚNKERES
La Asociación cultural Ruta de los Búnkers fue creada en 2016 en La Línea. Desde entonces, se encarga de divulgar, estudiar y conservar las fortificaciones del municipio. La asociación planifica visitas turísticas y educativas, para organizaciones sociales como Hogar Betania o la residencia de tiempo libre “El Burgo”.
La asociación es muy activa, efectuando visitas de forma continua durante todo el año, además de publicar vídeos y fotografías de carácter divulgativo, hechos que le han hecho alcanzar los 18.000 seguidores en Facebook. Turistas de todas partes de España y Europa contactan con la asociación para poder vivir una experiencia única y especial.
Para los interesados, el correo electrónico de la asociación es